Wednesday, May 29, 2013

La Isla de Lilith (Primera Parte)

La Isla de Lilith está escondida entre dos océanos, nadie pasa por aquí y aquellos que se pierden no regresan. Nada grave les ocurre, viven con nosotros y aunque está prohibido establecer relaciones íntimas con ellos no parece molestarles tal cosa. En Lilith encuentran la calma que nunca tuvieron en sus vidas, es un paraíso terrenal, y nadie se quiere regresar así que se hacen viejos y mueren aquí. Están enterrados en el Cementerio de los Forasteros, hay 7 tumbas y nadie ha llegado a esta isla desde hace 10 años.
Me llamo Pentesilea, en honor a la guerrera Amazona que luchó en la Guerra de Troya. Soy la tercera generación que ha habitado en Lilith. Mi madre es hija de una de las fundadoras y nuestra actual gobernante; Diana.
Diana, Helena, Juana y Margarita llegaron aquí hace 50 años. Mi abuela estaba embarazada de mi mamá cuando decidió que ya había tenido suficiente con el mundo y con los hombres así que entre sus otras amigas liquidaron todo lo que tenían de valor y compraron una isla en mitad de la nada. Según me cuenta mi abuela, eran otros tiempos, quizá ahora si quisiéramos hacernos de esa cantidad de dinero nos tomaría generaciones y generaciones de sacrificios, pero en ese entonces les fue suficiente. En ese entonces el dinero incluso les alcanzo para instalar una planta de electricidad y diferentes tipos de infraestructura necesarias para mantener a la isla independiente. Algunas de las fundadoras han sido abiertas acerca de sus motivos para abandonar el mundo mixto (así le llamamos al mundo afuera de Lilith) pero algunas siempre han mantenido un velo de misterio acerca de los sucesos que dieron como resultado la fundación de Lilith. Mi abuela dice que todo se resume en una mezcla de muchos corazones rotos y una visión distinta acerca de lo que debería de ser el mundo en donde educar a nuestros hijos.
Diana, mi abuela, es la política, la organizadora y conciliadora de todas las asambleas de gobierno. Aunque es la suprema líder, todas las decisiones son tomadas por el consejo de gobernadoras que incluye a todas las fundadoras, ningún voto vale más que otro pero sólo Diana tiene el poder de vetar alguna decisión. Hasta la fecha Diana no ha ejercido el poder del veto. Otra de las labores de Diana es exportar sedas y otros productos de calidad al mundo mixto, sin el dinero de la venta de estos productos Lilith no podría mantener a sus habitantes en este privilegiado nivel de vida. Aunque la isla es autosuficiente; siembra, produce y consume todo lo que se necesita para vivir, hay algunas cosas que necesitamos del mundo mixto y este dinero de las exportaciones nos permite tener todos los lujos imaginables.
Helena es el cerebro del grupo. Ella era una de las doctoras más destacadas en el mundo mixto, tiene una serie de títulos y especialidades que se centralizan en las áreas de medicina y genética. El papel principal de Helena fue el manipular los genes al momento de la concepción. Como resultado de su trabajo, cada mujer embarazada en Lilith ha dado siempre a luz a una niña, nunca a un varón. Tener un hijo varón va en contra de las reglas si quieres vivir en la isla. La concepcion no existe sin hombres, o sin su semillita, como dice sarcásticamente mi tía Helena, por lo que ella tiene que hacer un viaje anual a bancos de esperma para escoger genéticamente a los mejores candidatos para ser los padres de las Lilitenses. Es un gran honor que nunca tendrán oportunidad de disfrutar o conocer. Helena ha entrenado con los años a varias discípulas que operan el hospital de Lilith en las diferentes areas de medicina, dando principal importancia al área de ginecología y pediatría.
Juana es la encargada del ministerio de migración y seguridad. Cada año las exploradoras (grupo seleccionado por Juana) proponen a 10 mujeres del mundo mixto para convertirse en ciudadanas de Lilith. Juana de ahí escoje sólo a 3 para hacerles la invitación, una especie de pasaporte. Esta decisión no es del todo visceral, se examinan las necesidades de la isla y la experiencia y credenciales de las candidatas. Aun con todas estas variantes es la última corazonada de Juana la que decide, porque hay personas que simplemente no te dan buena espina, dice Juana, y hay personas que no encajarían en este modelo de sociedad. Una vez escogidas las candidatas, las exploradoras se dan a la tarea más difícil que es contactar por primera vez a estas mujeres a las que han estudiado e investigado por meses y tratan de la manera menos amenazadora de persuadirlas a unirse a nuestros rangos. No siempre tienen éxito pero de ahí han salido mujeres muy inteligentes e interesantes, pero sobre todo mujeres compasivas, dignas ciudadanas de Lilith. Además del aspecto migratorio, Juana se encarga de que Lilith permanezca indetectable por los radares del mundo mixto; parte de su labor es sobornar a oficiales de aduanas y guardias marítimas y la otra parte es desarrollar tecnologías superiores para hacer a Lilith invisible.
Margarita es la ministra de educación y cultura de la isla. Ella estudió artes plásticas, arquitectura y literatura en París. Ella se encarga de diseñar todos los edificios de gobierno y los complejos habitacionales; ninguna casa es igual en Lilith, todas tienen un sello personal.  Además de su labor artística, Margarita es la rectora de la escuela superior de Lilith donde todas nosotros estudiamos. Su labor principal es hacerlo todo bello e interesante, al menos eso dice ella. Gran parte del presupuesto de la isla se va a este ministerio. Es con una buena educación que se corrijen todos los problemas cronicos de la sociedad, al menos eso se cree en Lilith.
Lilith es perfecta, no existe violencia ni crimen, hay un entendimiento profundo acerca de nuestro papel en el mundo y de las virtudes y valores que tenemos que cultivar; la empatía, la solidaridad, la cooperación, la tolerancia, el respeto y la alegría por vivir. Puedo decir honestamente que por 17 años he vivido sin miedo, es más, sólo conozco el significado de esa palabra por las ciudadanas no nacidas en Lilith y no creo necesitar nada que el mundo mixto me pueda brindar.  
Las fundadoras tienen ya cerca de 80 años y aunque todas se encuentran en buena salud, gracias a Helena, ha llegado el momento de elegir a las siguientes gobernantes. Yo, siendo decendiente directa de una de las fundadoras, he sido postulada, desde que tenía 10 años para ocupar el cargo de mi abuela, sin embargo la sangre no jugará ningún papel en esta decisión. Yo y cualquier otra mujer que desee, tendremos que competir por los votos de las ciudadanas cuando cumplamos 20 años.
Pese a la gran responsabilidad que involucra ser la suprema líder de la isla, creo que es mi deber y vocacion el servir, pero antes de cualquier cosa tengo que cumplir y pasar la prueba máxima a la que todas las mujeres nacidas en Lilith son sometidas a sus 18 años; el Año de Eva.

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