Thursday, May 30, 2013

La Isla de Lilith: Agresión (Cuarta Parte)

3 de septiembre de 2012
Estoy harta, ya me quiero regresar. Si en algún momento cuestioné las razones de las fundadoras de dejar atrás este mundo ahora las entiendo perfectamente. Sólo quisiera que fueran semanas y no meses los que me faltaran para completar este castigo. Me pregunto si todas las demás hijas de Lilith se sintieron así. Quizá yo soy la extraña.
El sábado desperté con mejor actitud, después de todo no estoy sola, está Eli si la necesito y pronto tender una compañera de cuarto con quien compartir mi día.    A las 8 am estaba bañada y peinada. Bajé al lobby de mi edificio a esperar a la guía, quien nos enseñaría el campus. Lo primero que note fue que las jóvenes tenían una especie de pintura en sus caras. Margarita me explicó que las mujeres en el mundo mixto usan maquillaje. El objeto del maquillaje es ocultar defectos y realzar la belleza, en concepto tiene sentido pero en persona todo luce muy extraño. Mi madre me dijo que nací perfecta, que las diferencias entre nosotras nos hacían interesantes, jamás escuche a una habitante de Lilith referirse a otra mujer como fea o rara. Despues de todo quien es la maxima autoridad para determinar la belleza de las personas, se me hace absurdo. Juana, dice que la otra intencion del maquillaje y la ropa es hacerte más atractiva al sexo opuesto, que todo en el mundo mixto es una competencia. A mí todo me parece parte de una gran mentira.
Finalmente después de un tiempo de seguir a la guía por la Universidad una joven se me acercó, la luz de mi día; su nombre es Maya. Maya es reservada, de tez morena, con una cara afilada. Ella nació y creció en Austin, Texas, proviene de una familia de bajos recursos pero con mucho esfuerzo obtuvo muy buenas calificaciones y fue aceptada en NYU con una beca que cubre la mayor parte de su colegiatura y gastos personales. Sin embargo para cubrir lo demás Maya tendrá que trabajar medio tiempo en una cafeteria cerca de la Universidad. Desde el principio nos caímos bien, es tímida pero su plática es interesante y lo más importante, a ella no le importa cómo me visto ni cómo me veo, como a otras compañeras que noté me veían con malicia. Es envidia, me explicó Maya, “¿nunca has sentido envidia?”, “como de qué?, “como de algo que otros tienen que tú quisieras tener”, entonces me acordé que en Lilith todas tenemos todo y nuestras diferencias son celebradas, “no, me da gusto que cada quien tenga lo que tiene”. “Eres rara”, me dijo Maya, y eso que no sabe exactamente qué tan rara soy. En la tarde nos tomamos un café y hablamos de libros, ella va a estudiar economía, porque eso quiere su papá, pero su pasión son los libros.  La entiendo, de alguna manera todos queremos que nuestros padres se sientan orgullosos de nosotras, aunque eso implique un odioso punto 3, el sacrificar su vocación es su punto 3. La quería abrazar cuando me contó todo esto, pero la noté frágil y tampoco quiero que piense que le tengo lástima, porque no es lástima; es solidaridad y compasión.
La invité a mi habitación y encontré a una mujer extraña tirada en la cama restante. “Hola soy Emma”, me dijo sonriendo. Emma es blanca de cabello rubio, tiene pecas y es esbelta. Nos invitó a una fiesta en la fraternidad Delta Pi. “Tienen que ir perfectas, sino no te dejan entrar”, nos advirtió. “Si quieres te presto un vestido y te pinto” me ofreció. Como estoy hacienda amigas, se me hizo de mal gusto negar su ofrecimiento, después de todo tengo que mezclarme con los mixtos, le dije que sí pero sólo si podía hacer lo mismo por Maya. “No sé si tenga algo que le quede”, me dijo con un tono condescendiente. Noté a Maya incómoda y no estoy acostumbrada a ese tipo de frustración, “está bien, si no tienes nada podemos ir de compras, nos vemos en la fiesta”. Eso la molestó y su molestia me causó placer. No me reconocí, esa fue la primera vez que me daba gusto hacer a alguien sentirse mal. Creo que tendré que acostumbrarme, por lo poco que he observado, las mujeres aquí son crueles.
Arrastré a Maya a las tiendas de la 5a avenida y nos hicimos de un nuevo look de pies a cabeza. “Tus padres han de ser ricos” me dijo. “Mi papá murió cuando yo era una niña y a mi mamá no le va mal, tienes razón, “lo siento, perder a tu papá debió haber sido muy difícil”. Mientras decía esto con notable compasión no pude dejar de pensar en que quizá sí me perdí de algo valioso al no tener padre. Hasta ese momento siempre pensé que no me  hacía falta pero al ver como Maya quiere a su padre una semillita de duda de sembró dentro de mí y no me gustó.
En la noche nos dirigimos a la fiesta en Delta Pi. Dos hombres jóvenes cuidaban el lobby del edificio. Intentamos pasar pero uno de ellos me tomó del brazo y no me soltaba. Su aliento olía a alcohol, y no del bueno. “¿A dónde creen que van?” “A la fiesta”respondí, “¿Ah sí?”, qué pasa con estos hombres y sus preguntas obvias y reduntantes. Creo que en su cabecita intentaban coquetearnos pero no me gustaban como nos veían. “Bueno, ¿nos van a dejar pasar o nos regresamos a nuestra casa?” “Claro que sí, no hay porque disgustarse, estás hermosa y tu amiga viene contigo así que pásale.” No me gusta esta jerarquía basada en una apariencia física. Antes de terminar de pasarlos, el mismo tipo me sujetó el ombro y me dijo “pero yo que tú, cuidaba bien mis palabras, no queremos que te pase nada muñequita de porcelana”. Sentí miedo. Entramos pero no podía pensar, estaba enojada y humillada. Maya trató de calmarme.
“Mira son unos imbéciles, están muy tomados, no les hagas caso, mejor voy por algo de tomar para las dos, ve al baño y tranquilízate”. Sonaba como si este fuera el pan de todos sus días, eso me molestó aun más así que seguí su consejo y me lavé la cara varias veces para bajarme el coraje. Finalmente todo rastro de maquillaje se fue por el drenaje y me sentí de Lilith otra vez, y nosotras somos fuertes.  Cuando salí del baño encontré a Maya en la cocina platicando acaloradamente con otra mujer, parecía que se conocían así que decidí explorar. Me senté en las escaleras y me dediqué a observar la dinámica tan diferente y peculiar. Algunas mujeres bailaban, otras tomaban shots de alcohol en una especie de competencia, otras estaban en el sillón a punto de quedar inconscientes, mientras tanto algunos hombres tomaban y platicaban, otros tantos bailaban pegando exageradamente sus cuerpos a estas mujeres borrachas, otros tantos se besaban con las mujeres casi inconscientes. Observaba todo esto con una mezcla de asco y horror cuando oi la voz de alguien conocido.
“Hola Penélope”, me dijo Emma, “perdón, siento que empezamos con el pie izquierdo, no soy así siempre, estoy nerviosa y a veces se me sale lo snob, soy hija única, ves.”
“Hola Emma, no te preocupes, yo también estoy nerviosa, nunca he estado sin mis padres y no sé exactamente que hacer”, le dije francamente.
“¿Eres una especie de ave exótica, verdad? No te preocupes, todo olvidado, ¿dónde quedó tu amiga?”
“Está platicando, creo que se encontró a alguien conocido”.
“Pues hay que hacerse de conocidos también, ven vamos deja te presento a mis amigos”. Me abrazó y me condujo por el pasillo a uno de los cuartos, ahí conocí a Terrance y a Scott, todos ellos habían ido juntos a la escuela y ahora todos estudiaban en NYU. “Por fin, hombres normales” le susurré al oido a Emma y soltó la carcajada. “No son normales, son gay”, me explicó. “¿Qué quiere decir eso?” “Por Dios que sí eres un bicho extraño, quiere decir que nos acostamos con hombres” dijo Scott. Tengo que aprender a finjir que todo esto no me sorprende, tengo que investigar qué tantas cosas diferentes se puede ser en esta ciudad. “Ok, perdón, crecí en un lugar pequeño, no había gays”, traté de explicar. Pese a nuestras diferencias me sentí en confianza. Justo empezaba a soltar el cuerpo y reirme con Emma y sus amigos cuando escuché a Maya gritar mi nombre. Salí de inmediato y seguí su voz pero cada vez me era más difícil escucharla con la música y el burullo de la fiesta. Por fin localicé la puerta de donde provenían sus gritos. Estaba cerrada con llave. Grité en vano, nadie me contestaba hasta que Terrance y Scott me ayudaron abrirla a la fuerza. En el interior del cuarto yacía Maya tirada en la cama semidesnuda, alguien le habia quitado su blusa y sus pantalones y el tipo del lobby, es que me había amenazado estaba montado encima de ella. Por unos minutos no supe de mí, volví a tener conciencia cuando estabamos en la calle, Emma abrazaba a Maya, quien estaba cubierta por el abrigo de Terrance, Scott tenía un ojo morado y a mí me dolían las manos. Maya, Emma, Terrance, Scott y yo dormirmos juntos esa noche, los hombres en el suelo, las mujeres juntamos las camas y dormimos abrazando a Maya.
Cuando apagamos las luces Emma dijo,”Toto, ya no estamos en Kansas”, “no entiendo” le dije confundida. “Búscalo en google” me dijo con sequedad.
Al día siguiente me reuní con Eli. Su cara de horror me hizo revivir la fatídica noche. “Rescataste a Maya de una violación”. “¿Quieres decirme que si no hubiera llegado a tiempo este hombre la hubiera agredido de semejante manera?” “Sí, algunos no entienden el significado de la palabra no. Dice Emma que te le echaste encima al tipo asqueroso ese. Que no lo dejaste de aruñar y golpear hasta que otras 3 personas te sacaron del cuarto.”me dijo sorprendida y un tanto orgullosa. “No me acuerdo de nada, ¿hablaste con Emma?”. “Sí, me tenías preocupada, Maya dice que le han de haber echado algo en su bebida, tuvo mucha suerte esta vez, yo no tuve tanta.” “A ti te pasí algo así”, “Sí, antes de ir a Lilith, fue mi padrastro, yo tenía 15 años”, no supe qué decirle, entendí entonces sus motivos por dejar este mundo atrás y la abracé. “Le vas a decir a Diana?” “Sí, nada de secretos, ¿recuerdas?”, “¿me puedo regresar?” “no, todavía tienes mucho que aprender”.
Y aquí estoy, otra mujer diferente que la que llegó hace apenas 3 días, no quiero nada con los hombres. No confío en estas criaturas que se dejan gobernar por su cuerpo como animales. Buenas noches Lilith.

La Isla de Lilith: El nuevo mundo (Tercera Parte)




30 de agosto de 2012

Hoy dormiré en una cama nueva por primera vez en 18 años. Estoy luchando para encontrar palabras que describan con exactitud lo nerviosa que me siento. Todo es muy diferente, el viento ya no huele a mar, el pasto tiene un diferente tono de verde y la gente es tan distinta. Cierro los ojos y me imagino en Lilith, con los pies descalzos sintiendo la arena entre mis dedos, impregnándome de mar. Decirle adios a mi mamá fue lo más difícil. Me dijo que no me preocupara, que disfrutara y absorbiera todo como esponja, despues me abrazó y su abrazo me preocupó. Fue un abrazo efusivo y cálido, pero era más un adios que un hasta luego.

Elizabeth y yo abordamos un barco y todas las fundadoras fueron a despedirme. Diana me dio una carta y me dijo que la abriera cuando sintiera mi corazón a punto de romperse. “Quien sabe”, me dijo, “igual y nunca tienes necesidad de abrirla”. En la isla observé a lo lejos a los primeros hombres. “¿Por qué se me quedan viendo Eli?” pregunté. “Porque eres muy bonita Penélope”me dijo sonriendo. No fue hasta ese momento que me sentí tan consciente de mi apariencia física. Me mantuve callada, era también la primera vez que se refería a mí con mi nombre mixto. A lo lejos los hombres me parecieron poca cosa, notable fuerza física y vello en lugares en donde a mí no me crece, pese a eso nada extraordinario. “No son criaturas míticas como el minotauro, son bastante parecidos a nosotras” me explicó Eli sin que yo preguntara. De ahí abordamos un avión, y volar, tengo que decir, no es lo que me imaginé. En ese avión llegamos a Buenos Aires y de ahí otro vuelo más nos llevo a Panamá. Me sentí incómoda con todas las miradas puestas sobre mí,  como si todos supieran mi procedencia. “No te preocupes, no saben”, dijo Eli “¿Cómo sabes que no saben?” le contesté nerviosa; “los hombres no hacen muchas preguntas y las preguntas que hacen no siempre son las correctas” terminó.  Eso me tranquilizó. “Se te quedan viendo porque tú también los ves, ellos piensan que te gustan” me dijo entre risas. “Sólo por verlos” pregunté incrédula,  “así es, tienes que tener cuidado de a quien le das tu atención y tu tiempo, ellos siempre van a asumir que se lo merecen” me instruyó. Eso me causó conflicto, en Lilith una tiene que trabajar para ganarse el respeto y aprecio de las demás, aunque hay un lazo de amor entre todas nosotras, ese amor crece con nuestras acciones y nuestro esfuerzo. Me pregunto por qué se creen merecedores de todo.

De Panamá tomamos un vuelo a Nueva York. Tuvimos que pasar varias revisiones y nos hicieron quitarnos nuestros zapatos y otros objetos. “Tienen miedo” me dijo Eli. “¿Miedo de qué?” pregunté,  “miedo de que haya alguien que decida atentar contra su vida, ya lo han intendado varias veces” y recordé mi clase de historia de Estados Unidos. Entonces sentí miedo por primera vez y me di cuenta de lo poderoso que es el sentimiento, es como una plaga que se apodera de tu mente y te impide pensar. “No te preocupes, nada nos pasará” me dijo tratando de tranquilizarme,  “¿cómo sabes?” “sólo lo sé, es un instinto, tendrás que aprender a confiar en el tuyo también”. Suena poco lógico pero por alguna razon confié ciegamente en cada palabra que salía de la boca de Eli y eso me permitió dormir durante la mayor parte del vuelo.

Cuando llegamos a Nueva York era de noche. Hacía frío, pese a mi chamarra no dejé de temblar en todo el camino hasta el dormitorio. Mientras titiritaba de frío, Eli me dio varias instrucciones, cómo deseé que se callara, me costaba mucho trabajo concentrarme con el frío. Con razón la gente vivi infeliz, tener frío es horrible, pensé una y otra vez en lo que intentaba escuchar a Eli.

“Este es tu itinerario del día de mañana, tienes orientación con los demás estudiantes de nuevo ingreso. Casi todo tu día está planeado. Este es tu celular, mi número esta ahí, si necesitas algo marcame por favor, a cualquier hora. Esta es un tarjeta de débito, cuando necesites dinero puedes ir a un ATM y sacar lo que necesites, también puedes pagar con ella, el pin esta escrito en un papelito, apréndetelo de memoria y destruye el papelito. Por si acaso, estos son 500 dólares, en lo que aprendes a usar el ATM.”

En Lilith no tenemos dinero, todo es intercambio y los servicios basicos son distribuidos sin costo alguno. La necesidad y utilidad del dinero es algo nuevo para mí, al parecer nada se puede hacer sin dinero.

“Tus clases empiezan el lunes, usa estos dias libres para hacer amigos y explorar la ciudad. Este es un mapa del sistema de transporte, si te pierdes háblame y yo pasare por ti. La ciudad no es muy segura así que evita andar sola por las noches. En el mapa señalé las zonas de la ciudad son menos seguras, hazme caso, ¿entendiste?”. Me dijo Eli después de la larga lista de instrucciones. Asentí y me sonrió, “aprenderás rápido no te preocupes”. Dejamos a Eli en un edificio alto de departamentos. “Mi direccion esta en la lista de contactos de tu celular, apréndetela por cualquier cosa, también está en el cajón de tu buró en el dormitorio, por si se te pierde o se te olvida. Buena suerte cariño.” Me dio un beso y le dio instrucciones al taxista para llevarme a mi dormitorio. El taxista, su nombre era Ben, me preguntó que si era la primera vez que me separaba de mi familia, le dije que sí, que era hija única y que mis padres siempre me habían sobreprotegido toda mi vida (lo que es cierto de alguna manera) y así empecé a tejer esta red de mentiras que tendré que mantener por un año.

El dormitorio es un edificio alto también, muchas escaleras que subir. La madera cruje al pisarla, sonido que me parece reconfortante, me recuerda a la isla. Ben me ayudó con mis maletas hasta la puerta de mi cuarto. Le di  50 dólares de propina, porque gracias a él supe que los hombres pueden ser atentos, “el error esta en asumir que todos son iguales” recordé que me dijo Diana. Ben se fue contento y yo desempaqué toda mi maleta. Mi cuarto es pequeño comparado con el que tengo en Lilith. Hay 2 escritorios, dos camas individuales y una ventana que da a la calle donde me dejó Ben. La segunda cama me deja pensando que es posible que tenga que compartir la habitación con una compañera de cuarto, pero por hoy estoy sola. Estuve apunto de abrir la carta de Diana, me siento casi enferma de tanto que extraño estar en la isla con las mujeres que quiero, pero me detuve y pense que seguramente este mundo me tiene destinado momentos más difíciles que este. Lloré un poco y ya me siento mejor. Hasta mañana Lilith.

La Isla de Lilith: El Año de Eva (Segunda Parte)

 
El Año de Eva, también llamada Año Mixto fue establecido por las fundadoras cuando sus hijas llegaron a la pubertad y empezaron a tener muchas preguntas acerca del mundo exterior. Diana dice que vivir en Lilith debe de ser una elección y una ferviente convicción en nuestro modelo de sociedad, así que sólo podemos elegir cuando tenemos opciones. Es por eso que cuando las hijas de Lilith llegan a cumplir la mayoría de edad tienen que vivir un año en el mundo mixto. Este año será monitoreado por una de las exploradoras y aunque mantendrá siempre su distancia de la joven, estará a su disposición para responder preguntas y apoyarla en todos los aspectos que le sean necesarios.
Porque todos los días aprendemos en la escuela acerca de la historia de la humanidad y de las diferentes culturas que cohabitan en el mundo mixto, cada una de nosotras tenemos deseos de explorar diferentes partes del mundo. Debido a la riqueza, sabiamente administrada por las fundadoras existe un fondo llamado la Beca Amazona que nos da oportunidad de vivir en cualquier lugar que deseemos durante ese año, como estudiantes universitarias. Helena dice que si nos hemos de enamorar del mundo mixto, será en esta etapa en la que todo es color de rosa y todavía tenemos un velo de ingenuidad, así que la decisión es aun más difícil.  
Elegimos la ciudad de residencia y el país a explorar al llegar nuestro décimo séptimo cumpleaños, para darnos un año para familiarizarnos con la cultura, la historia y el idioma. Todo esta previamente planeado y calculado. Helena y Margarita hacen su magia para lograr inscribirnos en las mejores universidades de la ciudad sede sin que haya rastro de nuestro lugar de nacimiento.
Esta fue la parte más dificil de este rito, escoger en donde vivir este año que seguramente será inolvidable.  Escogí Estados Unidos, porque es el país con más contradicciones y defectos que existe en el mundo mixto y la ciudad Nueva York, porque es grande y caótica. Estudiaré literatura en la NYU, porque pese a todo en este idioma se han escrito algunas de las mejores obras de teatro, novelas y poemas que conozco; mi pubertad a transcurrido inmersa en las historias de Jane Austen, las obras de Shakespeare y los poemas de Walt Whitman. Además quería el polo opuesto a esta isla. Lilith es tranquila, sus aguas azul turquesa y sus montañas intensamente verdes. Nueva York es frío y gris, sobrepoblado y neurótico por naturaleza.
Elizabeth será mi monitora durante este año. Eli es una de las ciudadanas convertidas, por invitación de Juana. Tiene un carácter fuerte, creció en Nueva Jersey así que tiene una idea bastante más real de mis retos en esa enorme ciudad. Ella dice que de todos los elementos, yo soy agua y viento, un poco impredecible y violenta, dice ella, aunque yo no me siento así. Dice, "hasta ahora al agua sólo le ha tocado vivir en vientos favorables, Nueva York sacará la tempestad en ti". Así lo creo, espero no decepcionar a mi madre y a Diana, por sobre todas las cosas. Pero quizá lo que más espero, es enamorarme, como en las novelas de Austen.
A petición de Diana, todas las hijas de Lilith que vayan a empezar su año mixto deben llevar un seminario llamado: Hombres. Helena ha expresado su descontento en inumerables ocasiones, ella cree el seminario es una estupidez, que para experimentar a un hombre no hay quien te cuente. Dice "pronto sabrán lo maravillosos, soñadores, patanes y bestias que son estas criaturas, no hay seminario que te prepare para el shock".
En el seminario se habla de las diferencias entre hombre y mujer. En la apariencia fisica de un hombre común, de los trucos que utilizan algunos para provocar tu empatía y tu lástima, aunque la lástima es un concepto nuevo para mí, entiendo como puede llegar a ser buen recurso de manipulación. Luego nos dividen por continentes y hablan de las características particulares de los hombres de la zona.
Todas estamos obligadas a llevar una bitácora detallada de cada día vivido en la ciudad mixta. No hay secretos que ocultar y realmente, quién quisiera, yo nunca he guardado un secreto y no entiendo cual sería el propósito de hacerlo. Dice mi abuela que eso es signo claro de una hija de Lilith, que los secretos muchas veces son sinónimo de verguenza y que nosotras no deberíamos de sentir verguenza alguna. Sin embargo, en Nueva York tendré que guardar muchos secretos y eso me preocupa, ante todo, debo mantener la seguridad de nuestra isla.
De esta experiencia hay ciertas actividades, si así les podemos llamar, que debemos incluir en nuestro año mixto:
1. Debemos ser parte activa de la sociedad en la que vivimos; es decir no podemos vivir escondidas en una cueva, debemos ir a fiestas, reuniones y formar parte de grupos mixtos.
2. Debemos encontrar algo que nos gusta hacer en este mundo que no seríamos capaces de hacer en Lilith y practicarlo continuamente.
3. Debemos tener relaciones íntimas con un hombre; este es el más controversial de los requisitos ya que no todas estamos interesadas en compartir esa parte de nosotros con seres tan diferentes, pero en Lilith no existe ninguna mujer mayor de 19 años que sea aun virgen. Explorar es parte de quien somos y es parte importante de la elección, dicen las fundadoras. Diana cree que la intimidad física y emocional entre hombre y mujer es el único factor que podrá alterar la decisión de volver a la isla para una hija de Lilith.
Creo que cuando sea electa suprema líder, el punto número 3 será el primero en salir de la lista, pero por mientras eso pasa, tendre que cumplir con lo establecido, "como una buena guerrera que sigue las órdenes" dice mi madre. Yo pienso en enamorarme como algo platónico, una convergencia de almas, no algo físico así que este punto lo cumpliré a regañadientes.
A todas se nos asigna un nombre mixto, ya que nuestros verdaderos nombres muchas veces son demasiado complicados o diferentes al lugar en el que viviremos. Mi nombre mixto es Penélope. En Lilith no usamos apellidos, no hay necesidad, somos hijas y madres, pertenencias de nadie y todas nos conocemos, "los hombres y su territorialidad" dice Juana, aquí todas somos de todas. En Nueva York seré Penélope Jones, hija de Phillip Jones, un notable banquero fallecido hace 10 años.
 
Al finalizar el año y revisar nuestr bitácora tendremos una entrevista con las fundadoras y si deseamos regresar a vivir al mundo mixto se nos otorgará una generosa cantidad de dinero para iniciar nuestra vida mixta. La unica irrefutable condicion es que una vez tomada la decision nunca podremos regresar a la isla ni tener contacto con ninguna de sus ciudadanas. Las condiciones son tremendamente irreflexibles, es por eso que durante todo este tiempo ninguna ciudadana ha regresado al mundo mixto. La opción ha estado siempre ahí y no existe ciudadana que haya  lamentado su elección.
 




                             

Wednesday, May 29, 2013

La Isla de Lilith (Primera Parte)

La Isla de Lilith está escondida entre dos océanos, nadie pasa por aquí y aquellos que se pierden no regresan. Nada grave les ocurre, viven con nosotros y aunque está prohibido establecer relaciones íntimas con ellos no parece molestarles tal cosa. En Lilith encuentran la calma que nunca tuvieron en sus vidas, es un paraíso terrenal, y nadie se quiere regresar así que se hacen viejos y mueren aquí. Están enterrados en el Cementerio de los Forasteros, hay 7 tumbas y nadie ha llegado a esta isla desde hace 10 años.
Me llamo Pentesilea, en honor a la guerrera Amazona que luchó en la Guerra de Troya. Soy la tercera generación que ha habitado en Lilith. Mi madre es hija de una de las fundadoras y nuestra actual gobernante; Diana.
Diana, Helena, Juana y Margarita llegaron aquí hace 50 años. Mi abuela estaba embarazada de mi mamá cuando decidió que ya había tenido suficiente con el mundo y con los hombres así que entre sus otras amigas liquidaron todo lo que tenían de valor y compraron una isla en mitad de la nada. Según me cuenta mi abuela, eran otros tiempos, quizá ahora si quisiéramos hacernos de esa cantidad de dinero nos tomaría generaciones y generaciones de sacrificios, pero en ese entonces les fue suficiente. En ese entonces el dinero incluso les alcanzo para instalar una planta de electricidad y diferentes tipos de infraestructura necesarias para mantener a la isla independiente. Algunas de las fundadoras han sido abiertas acerca de sus motivos para abandonar el mundo mixto (así le llamamos al mundo afuera de Lilith) pero algunas siempre han mantenido un velo de misterio acerca de los sucesos que dieron como resultado la fundación de Lilith. Mi abuela dice que todo se resume en una mezcla de muchos corazones rotos y una visión distinta acerca de lo que debería de ser el mundo en donde educar a nuestros hijos.
Diana, mi abuela, es la política, la organizadora y conciliadora de todas las asambleas de gobierno. Aunque es la suprema líder, todas las decisiones son tomadas por el consejo de gobernadoras que incluye a todas las fundadoras, ningún voto vale más que otro pero sólo Diana tiene el poder de vetar alguna decisión. Hasta la fecha Diana no ha ejercido el poder del veto. Otra de las labores de Diana es exportar sedas y otros productos de calidad al mundo mixto, sin el dinero de la venta de estos productos Lilith no podría mantener a sus habitantes en este privilegiado nivel de vida. Aunque la isla es autosuficiente; siembra, produce y consume todo lo que se necesita para vivir, hay algunas cosas que necesitamos del mundo mixto y este dinero de las exportaciones nos permite tener todos los lujos imaginables.
Helena es el cerebro del grupo. Ella era una de las doctoras más destacadas en el mundo mixto, tiene una serie de títulos y especialidades que se centralizan en las áreas de medicina y genética. El papel principal de Helena fue el manipular los genes al momento de la concepción. Como resultado de su trabajo, cada mujer embarazada en Lilith ha dado siempre a luz a una niña, nunca a un varón. Tener un hijo varón va en contra de las reglas si quieres vivir en la isla. La concepcion no existe sin hombres, o sin su semillita, como dice sarcásticamente mi tía Helena, por lo que ella tiene que hacer un viaje anual a bancos de esperma para escoger genéticamente a los mejores candidatos para ser los padres de las Lilitenses. Es un gran honor que nunca tendrán oportunidad de disfrutar o conocer. Helena ha entrenado con los años a varias discípulas que operan el hospital de Lilith en las diferentes areas de medicina, dando principal importancia al área de ginecología y pediatría.
Juana es la encargada del ministerio de migración y seguridad. Cada año las exploradoras (grupo seleccionado por Juana) proponen a 10 mujeres del mundo mixto para convertirse en ciudadanas de Lilith. Juana de ahí escoje sólo a 3 para hacerles la invitación, una especie de pasaporte. Esta decisión no es del todo visceral, se examinan las necesidades de la isla y la experiencia y credenciales de las candidatas. Aun con todas estas variantes es la última corazonada de Juana la que decide, porque hay personas que simplemente no te dan buena espina, dice Juana, y hay personas que no encajarían en este modelo de sociedad. Una vez escogidas las candidatas, las exploradoras se dan a la tarea más difícil que es contactar por primera vez a estas mujeres a las que han estudiado e investigado por meses y tratan de la manera menos amenazadora de persuadirlas a unirse a nuestros rangos. No siempre tienen éxito pero de ahí han salido mujeres muy inteligentes e interesantes, pero sobre todo mujeres compasivas, dignas ciudadanas de Lilith. Además del aspecto migratorio, Juana se encarga de que Lilith permanezca indetectable por los radares del mundo mixto; parte de su labor es sobornar a oficiales de aduanas y guardias marítimas y la otra parte es desarrollar tecnologías superiores para hacer a Lilith invisible.
Margarita es la ministra de educación y cultura de la isla. Ella estudió artes plásticas, arquitectura y literatura en París. Ella se encarga de diseñar todos los edificios de gobierno y los complejos habitacionales; ninguna casa es igual en Lilith, todas tienen un sello personal.  Además de su labor artística, Margarita es la rectora de la escuela superior de Lilith donde todas nosotros estudiamos. Su labor principal es hacerlo todo bello e interesante, al menos eso dice ella. Gran parte del presupuesto de la isla se va a este ministerio. Es con una buena educación que se corrijen todos los problemas cronicos de la sociedad, al menos eso se cree en Lilith.
Lilith es perfecta, no existe violencia ni crimen, hay un entendimiento profundo acerca de nuestro papel en el mundo y de las virtudes y valores que tenemos que cultivar; la empatía, la solidaridad, la cooperación, la tolerancia, el respeto y la alegría por vivir. Puedo decir honestamente que por 17 años he vivido sin miedo, es más, sólo conozco el significado de esa palabra por las ciudadanas no nacidas en Lilith y no creo necesitar nada que el mundo mixto me pueda brindar.  
Las fundadoras tienen ya cerca de 80 años y aunque todas se encuentran en buena salud, gracias a Helena, ha llegado el momento de elegir a las siguientes gobernantes. Yo, siendo decendiente directa de una de las fundadoras, he sido postulada, desde que tenía 10 años para ocupar el cargo de mi abuela, sin embargo la sangre no jugará ningún papel en esta decisión. Yo y cualquier otra mujer que desee, tendremos que competir por los votos de las ciudadanas cuando cumplamos 20 años.
Pese a la gran responsabilidad que involucra ser la suprema líder de la isla, creo que es mi deber y vocacion el servir, pero antes de cualquier cosa tengo que cumplir y pasar la prueba máxima a la que todas las mujeres nacidas en Lilith son sometidas a sus 18 años; el Año de Eva.