Friday, December 13, 2013

La Isla de Lilith: la Verdad y la Gala (Décimo Tercera Parte)


Había sido una noche muy agitada. Hunter entró a su departamento aun tratando de recuperar el aliento y jalando la mano de Penélope que caminaba detrás de él. Prendió las luces y puso hervir agua con la intención de hacer té. Su rostro exhibía el resultado del argumento final que tendría con su padre. Su ojo izquiero estaba hinchado; un moretón rojo, amarillo y púrpura enmarcaba su pómulo. Penélope abrió el congelador buscando hielo, lo envolvió en un trapo limpio y se lo dio a Hunter.
- Para tu ojo.
- Gracias.
- ¿Cómo te sientes?
- Si tengo que ser completamente honesto, más tranquilo.
- ¿Por qué?
- Porque ya todo está dicho
.
Penélope se sentó en el sillón de la sala tratando de analizar los acontecimientos de la noche. La Gala en el Met a beneficio de las víctimas de tráfico y comercio sexual te recordaba más a un desfile de modas que a la causa que trataban de apoyar. Los hombres y mujeres más poderosos de Nueva York estaban ahí, exhibiendo sus diamantes, trajes de diseñador, maquillaje y cabello impecable. Hunter pasó por ella a su dormitorio a las 7 pm. Las pupilas de Hunter se dilataron al ver a Penélope en su vestido largo, un vestido strapless plateado en corte sirena con la espalda descubiera. Se veía más grande de lo que realmente era, como una más entre los ricos y poderosos. Penélope disfrutó ver su cara de asombro y su respiración cambiar al verla. Juntos caminaron la alfombra roja donde diversos fotógrafos tomaron su foto, Hunter nunca soltó la mano de Penélope. Ella tuvo desde el principio el presentimiento de que él estaba más nervioso que ella, lo cual era casi imposible, después de todo él había crecido dentro de ese circo y conocía a la mayoría de los asistentes, ella era una desconocida que posiblemente no tenía nada en común con estas personas.
Una vez adentro, diversas personas se acercaron a la joven pareja con un sin fin de pretextos, en realidad lo que querían era información; ¿quién era esa desconocida agarrada de su brazo y por qué se había ausentado de ese mundo siendo que parecía encajar perfectamente en él?
Después de casi dos horas y habiendo terminada la subasta silenciosa, Hunter y Penélope se dirigieron a la salida.
- No toda la noche está perdida.
- ¿A qué te refieres?
- Todavía podemos escaparnos y hacer algo divertido.
- ¿Ya nos vamos?
- Ya cumplimos.
- ¿Y tu mamá? Cuando menos hay que despedirnos de tu mamá.
- Está bien.

Martha Perry estaba rodeada de la crema y nata de Nueva York, reía sutilmente y se mostraba complacida por el evento. Al verlos venir su mirada se clavó en Penélope. Había algo que irritaba y descomponía a Martha en esa joven.
- Qué gusto de verlos.
- Venimos a despedirnos mamá.
- ¿Ya se van? ¿Tan temprano?
- Penélope tiene exámenes.
- Seguro se pueden quedar a escuchar el discurso de tu padre. Penélope, convéncelo.
- Por mí no hay problema. Hunter, unos minutos más, ¿ok?
- Está bien.

Quince minutos después subió al estrado John Perry. Para ser un hombre de negocios se dirigía seguro hacía la multitud con la elocuencia de un político experimentado. Expresó gran admiración y empatía a las víctimas del tráfico de personas y hubo personas muy conmovidas con su discurso. Mientras todos aplaudían Penélope se distrajo y volteó hacia Hunter, quien se mantenía cruzado de brazos. Por un breve momento su mirada y la de su padre se encontraron y John Perry cambió su seño a uno muchísimo más serio, bajó del estrado y se dirigió hacia su hijo. Hunter jaló a Penélope tratando de escapar de su padre. La multitud rodeó a la pareja y John se aproximó saboreando el momento, como león que acorrala a su presa.
- Muy buen discurso Sr. Perry, creo que ya ha de tener experiencia en este tipo de eventos.
- Gracias Penélope, eres muy amable, la causa es muy cercana a mi corazón.
- Creo que eso que sientes es culpa papá.
- ¿Cómo dices?
- Culpa, ese sentimiento que no te deja dormir en las noches.
- No sé de que me hablas.
- Seguro que no, vamos Penélope, te llevo a tu casa.
- No sé porque insistes en pelear conmigo, sólo me he preocupado en darte lo mejor. Tengo dinero y  una posición privilegiada pero he trabajado duro por todo lo que tengo, me gusta lo bueno, ¿y qué? No tuviste ningún problema con mi dinero gastándotelo por todos estos años.
- ¿En serio no tienes idea de todo lo que sé de ti?
- No sé de qué me hablas, no tengo nada que esconder.
- Buenas noches papá.

John Perry había cambiado su arrongancia por miedo. En lugar de dejarlos ir, pidió a sus guardaespaldas que escoltaran a la pareja a una sala privada del museo. Hunter se veía visiblemente alterado.
- No sé por qué tengo el presentimiento que estoy en el ojo del huracán, le susurró Penélope a Hunter.
- Bien, ya estamos sólos, Penélope cariño, ¿nos harías el favor de darnos un momento de privacidad entre padre e hijo?
- Penélope no se mueve de aquí, si crees que me puedes enfrentar será delante de una mujer.
- Hijo, te estás poniendo muy dramático. Esta clase de arranques no son de personas de nuestra clase.
- Creo que tú y yo estamos en clases distintas.
- Ahora resulta que eres demasiado bueno para nosotros los mortales, por favor! Bájate de tu córcel blanco.
- No me creo mejor que todos, pero sí me creo mejor que tú, yo no pago por sexo.

Penélope, que hasta ese momento se había mantenido al margen de lo que parecía una simple discusión entre padre e hijo, de pronto empezó a atar cabos y a darse cuenta que esa distancia que le había puesto Hunter estaba probablemente relacionada en lo que ahora se revelaba. John Perry se mantenía callado analizando la situación y calculando el porcentaje de certidumbre que existía en la declaración de su hijo.

- ¿Cómo crees eso? ¿Quién te dijo eso? Me siento herido y decepcionado que pienses tan poca cosa de tu padre Hunter.
- Muy bien papá, así vas a jugar, está bien, pero tus reproches no funcionan conmigo, a diferencia de mi mamá, yo no vivo en negación.
- Es una estupidez y me niego a ser parte de esta mentira que te inventaste, hasta pronto hijo.

John empezó a caminar hacia la puerta.

- Cuando estaba haciendo mi labor social como abogado conocí a una joven que había escapado de una bodega donde la tenían secuestrada a ella y a otras veinte. Cuando dimos con la bodega nos dimos cuenta de las condiciones inhumanas en las que vivían y nos encontramos una agenda con una lista. El desgraciado que las tenía secuestradas estaba organizando una subasta para venderlas al mejor postor. ¿Qué nombre crees que encabezaba la subasta? John P., junto con una cuenta en las Islas Caimán que rebeló el resto de tu apellido. No sólo pagas por sexo, sino que pagas por el privilegio de acostarte con vírgenes. Y esas vírgenes a veces no tienen más de 14 años, pagas una fortuna por mujeres que están ahí en contra de su voluntad, drogadas y maltratadas. Son las mismas que ahora les das millones para tratar de saciar tu culpa. Pero, ¿acaso es culpa, o son apariencias?   No sé cómo le hiciste para no pagar por tus crímenes pero no me interesa saberlo. Creo que en esa lista había más que sólo hombres ricos y aburridos con su vida, han de haber habido políticos y toda clase de animal corrupto ¡Me das asco y me averguenza ser tu hijo!

John Perry se había manteniendo dando la espalda a su hijo. Antes que pudiera decir otra palabra Hunter se le había avalanzado y luchaba por cubrir su cara de los puños de su hijo. Finalmente los guardaespaldas intervinieron y separaron la pelea. Hunter fue escoltado afuera del museo, su traje estaba cubierto de sangre y su rostro aun estaba encendido de rabia. Penélope observó todo incrédula de todo lo que había dicho. Siguió a Hunter mientras forcejeaba con los guardaespaldas recordando una de sus primeras noches en Nueva York cuando la esperanza se había esfumado del aire y la humanidad no tenía rostro de hombre, sólo de mujer.

Las piezas empezaron a embonar y Lilith tuvo más que nunca justificación de existir. 

Thursday, August 15, 2013

La Isla de Lilith: La caída del agua (Décimo Segunda Parte)


2 de Abril de 2013

Creo que en toda mi vida nunca me había sentido tan abrumada por la suma de emociones que he vivido en este lugar. Estos días han sido lluviosos y me han hecho pensar más que de costumbre. Encuentro todo territorio afuera de Lilith un tanto hostil y frío en todos los sentidos. En Lilith la lluvia se evapora y la naturaleza lo envuelve todo, en esta selva urbana todo se encharca, se cicla y se ensucia, así me siento yo. Siempre me creí fuerte, y aunque ser sensible y delicada son cualidades valiosas en toda habitante de Lilith, nunca me consideré ser esa clase de mujer. Ahora estoy segura de ser todas esas cosas; mujer visceral, pasional, frágil, sensible, compasiva, subjetiva en mi proceso de pensamiento, posesiva, celosa incluso histérica. A veces soy todas esas mujeres en un cóctel perfecto para el desastre. Eli dice que lo importante no es identificar nuestros defectos sino las personas que detonan esos comportamientos en nosotras. Con Hunter estoy en un viaje constante entre el infierno y el paraíso, dependiendo del día. Hasta hace una semana había poco que reprocharle, Hunter siempre había sido atento y amable conmigo, cariñoso pero no en exceso, pero de alguna manera sentía que no estaba siendo completamente abierto y honesto conmigo, como si se tuviera que restringir y limitar. Analizándolo cuidadosamente me di cuenta de que escogía muy bien sus palabras cuando se trataba de nosotros pero me dejaba siempre queriendo un poco más, insatisfecha y el amor a cuenta gotas vuelve loca a cualquier mujer, especialmente a mí que no estoy acostumbrada a que me lo racionen.
El lunes fuimos al albergue y mientras él platicaba con Martina y le tomaba la mano pude observar como su comportamiento era diferente; su mirada más cálida, su cuerpo más propenso al afecto, sin restricciones. Incluso sabiendo que Martina no era ninguna amenaza algo se prendió dentro de mí al verlo tan libre y seguro. Por alguna razón, desconocida por mí en ese momento, Hunter estaba protegiéndose de mí, quizá no fisicamente, pero emocionalmente sí. Incluso si fuera el hombre más atractivo del universo, mi interés y cariño por él va más allá de apariencias y si él no es sincero, cómo podría quererlo. La confianza lo es todo.
Salí callada, meditando si eso era lo que necesitaba para alejarlo de mi vida a tiempo, antes de tener que decirle adiós. Hunter intentó tomarme de la mano y mi instinto me hizo alejarme.  "¿Qué pasa?", me dijo el muy imbécil sin idea del remolino que se formaba en mi cabeza, "creo que deberíamos de separarnos un poco, darnos tiempo para respirar.." Hunter se detuvo a la mitad de la calle y su semblante cambió de inmediato. "¿Cuánto tiempo llevas pensando esto y qué te llevó ahí?, me jaló hacia el callejón. "Creo que no estás siendo honesto conmigo, siento que me tratas como a tu hermana o tu amiga, y aunque quisiera serlo todo para tí, no quiero ser nada más tu amiga. Creo que te guardas algo y te proteges de mí y no vale la pena para mí pasarme todos los días esperando que me des algo que no estás dispuesto a dar, ¿no crees?" se quedó callado y bajó la mirada, "no hay nadie en el mundo que sepa tanto de mí como tú, ¿qué más quieres?" su tono empezó a subir, "no te puedo decir, porque no sé qué es lo que te guardas, pero quiero todo, quiero que me demuestres, que me digas, quiero... que me necesites, que te urja verme, hablar conmigo..." Hunter se alejó sin decir nada, yo estaba en mitad del callejón esperando a que reaccionara hasta que le dije adiós. Empezó a llover.
Llegué a mi dormitorio empapada y hecha un mar de llanto, a momentos no me alcanzaba el aire para dejar salir toda mi frustración y desilusión. Emma estaba asustada, me abrazaba y me pasaba pañuelos desechables mientras intentaba tranquilizarme. Me quedé dormida. Desperté y le hablé a Eli, le pedí que viniera a recogerme y me quedé con ella haciendo el recuento de los daños y tratando de racionalizar mi pérdida. Eli me dijo que una de las razones por las que decidió vivir en Lilith fue porque todas las mujeres que conoció allí están dispuestas a entregarse en cuerpo y alma al proyecto y no sucumben ante las expectativas de las demás personas. Era amargura la que destilaba  en cada una de sus palabras y por fin pude entenderla, "algunas personas no están hechas para cargar en la conciencia el cariño de los demás" me dijo mientras acariciaba mi cabello y me hacia una trenza.
A la mañana siguiente me sentí un poco mejor, me fui a la universidad y casi pude convencer a todos que estaba funcionando al 100 por ciento. A medio día tuve un descanso y me fui al dormitorio a acostar, pretender cansa, nunca me lo hubiera imaginado. Mientras caminaba por el pasillo cabizbaja pensaba en Lilith y me recordaba el sonido que hace el retumbar de las olas. Cuando levanté la cabeza me encontré a Hunter en la entrada sentado en el suelo, apoyado en mi puerta. Tragué saliva.
"¿Qué haces aquí?, "esperándote, tenemos que hablar", "creo que ya me cansé de hablar", "no me diste tiempo Penélope, ojalá todos fuéramos como tú, ojalá todos pudiéramos decir lo que sentimos sin miedo, pero no es así, aquí los mortales necesitamos tiempo para procesar las cosas". Abrí la puerta de mi dormitorio y entré, Hunter entró detrás de mí. Me senté en mi cama. "Te escucho", Hunter se sentó en el suelo, inhaló profundamente y sin verme a los ojos empezó a hablarme, "¿dónde estabas anoche? te estuve marcando", "me fui con Eli", "Eli me odia, ¿verdad?", "nosotros no creemos en el odio, pero sí, no eres su persona favorita", "me imagino", "ni la mía", "todavía no entiendo qué hice para que llegaras a estas conclusiones", "no me chantajees, no es lo que hiciste sino lo que no, creo que si sabes eso, no puede ser que vivas sin ser consciente de tus limitaciones", "no, sí sé a lo que te refieres pero pensé, malamente, que estaba tratando con otra persona, que iba a tener más tiempo, que me ibas a tener más paciencia pero ya veo que no". Lo que había empezado como una plática seria se volvió un chiste para este hombre y se me llenaron los ojos de lágrimas al ver que no me tomaba en serio. "¡Vete por favor!", Hunter borró su sonrisa y se levantó, "¡no te entiendo!", "yo no estoy jugando, esto no es divertido para mí!", mientras lo intentaba correr las lágrimas rodaban por mi cara sin descanso. "Nunca fue mi intención burlarme de ti, perdón si me burlé, no estoy pensando muy claramente, ayer no pude dormir pensando en qué hacer contigo", "¿qué hacer de qué?", "con lo me pides, lo dijiste tan bien, eres la única que me exige y que demanda", "¿y qué tiene de malo?", "nada, sólo que no estoy acostumbrado a deberle y rendirle cuentas a nadie, vivo sin expectativas de la gente y la gente no espera nada a cambio, lo que doy es suficiente, es MAS que suficiente", "pues yo estoy acostumbrada a mucho más de lo que tu das", "sí, en ese mítico pueblo donde creciste, donde la gente es naturalmente bien intencionada y sus estándares son excesivamente altos, definitivamente no es Nueva York", "creo que son escusas baratas Hunter, si tienes miedo dime tengo miedo, si no me quieres, dime no te quiero, si ya no te intereso, dime sólo quiero ser tu amigo, ¡usa tus PALABRAS!", "ok, tengo miedo, y no te quiero", me quedé callada "esto es más que cariño, pienso en ti todo el tiempo, por ti me levantó y quiero ser mejor y me estoy esforzando, quiero ser tu amigo, tu confidente, tu razón de vivir, tu amante, quiero tenerte sólo para mí todo el tiempo, estoy celoso de todos los que te rodean, de tus amigos, por quitarme tiempo contigo, de tus profesores y de tu universidad, de tu edad porque me hace pensarlo dos veces antes de tocarte y besarte, si tuvieras diez años más ya te hubiera..." mientras pensaba en qué decirme me acerqué hasta que lo tuve al alcance de mis manos, le puse mi dedo en su boca para que dejara de hablar, ya había escuchado todo lo que tenía que escuchar, y estaba satisfecha. Tomé sus manos y las coloqué en mi cintura, le dije "yo también te amo, y quiero estar contigo todo el tiempo" me abrazó y cerré los ojos mientras mi cabeza descansaba en sus hombros. Sentí su respiración cambiar y su cuerpo más inclinado a mí.
Alguien tocó la puerta y lo solté por un momento para ver quién estaba en la puerta. Era la madre de Hunter, la Sra. Perry. "Es tu mamá" Hunter saltó incrédulo, "¿mi mamá?". Abrí la puerta y entró Martha Perry en un atuendo elegante delicadamente seleccionado cuyo objetivo, seguramente, era intimidarme. Noté su cara de sorpresa al ver a Hunter en el dormitorio. "Buenas tardes Penélope, tuve una reunión cerca de tu universidad y aproveché la oportunidad para venir a saludarte y ver cómo estabas, no pensé que tuvieras compañía, Hunter qué sorpresa cariño", "hola mamá, gusto en saludarte", le dijo Hunter visiblemente molesto por la interrupción, "gracias Martha, qué amable de tu parte, todo bien, el semestre va bien, las clases y los instructores son estimulantes", "qué gusto, debo confesar que también vine con otra intención, como sé que eres tan amiga de Hunter, seguramente sabrás que él pasa mucho tiempo en el albergue que sirve como refugio a víctimas de explotación sexual", "sí, lo he acompañado en varias ocasiones", "ah vaya, pues entonces seguramente no tendrás ningún problema en participar en un evento de beneficencia en honor al albergue que estamos organizando", "para nada cuenta conmigo", "maravilloso, nos vemos el viernes entonces, es una gala, Hunter te dará los pormenores, hasta entonces Penélope, adios hijo mío". Cuando cerré la puerta Hunter estaba que echaba fuego por la boca, "¡qué pretende esa mujer!", "Hunter calma no entiendo cuál es el problema", "ya le había dicho que yo no asistiría a su maldita gala y ahora viene aquí tratando de manipularme a través de ti", "pues si no quieres no vayas, yo iré en representación nuestra, "demasiado tarde, no te puedo dejar sola con esos buitres", "entonces iremos a la gala", "eso parece". Hunter se despidió visiblemente alterado por la aparición de su madre en mi dormitorio. Yo flotaba y saltaba de nube en nube, su secreto podía esperar, ahora lo importante era encontrar algo decente para llevar a la gala.

Tuesday, July 9, 2013

La Isla de Lilith: Peligro (Décima Primera Parte)


Querida madre:

Te extraño y aunque sé que no leerás esta carta hasta que regrese me consuela saber que no estoy sola y que si estuvieras conmigo seguramente me darías buenos consejos y me abrazarías con fuerza.
No puedo creer que tú también tuviste la oportunidad de vivir en este mundo y no decidiste quedarte en él. Probablemente no conociste a alguien parecido a Hunter, seguramente es raro encontrarte a alguien que es el eco de tus pensamientos, pero a mí me pasó y he caido en suma depresión.
A lo largo de este mes que llevo saliendo con él me he dado cuenta que es una criatura muy especial, igual o más sensible que cualquiera de mis hermanas. Lucha por los débiles y le tiene respeto a todas las mujeres, su único defecto es haber nacido Perry. Lo siento siempre en una lucha constante por dejar atrás el aprendizaje inculcado por sus padres y por acoger el mundo real. Y por mundo real me refiero aquello que no está protegido por una capa de lujo y opulencia, como los lugares que ahora frecuento con Hunter.
Hay albergues que se dedican a dar atención física, emocional y mental a mujeres víctimas de maltrato y explotación sexual. A uno de estos albergues fuimos a dar en nuestra segunda cita. Hunter se graduó de leyes y aunque ya no ejerce aun presta sus servicios a estas mujeres. Cuando llegamos todas las voluntarias lo recibieron con un abrazo y estuve apunto de sentir celos, pero me fue imposible al ver tantas muestras de amor y gratitud. Muchas de estas mujeres, como Martina, son inmigrantes que llegaron a Estados Unidos en busca del sueño americano. Confiar en la persona incorrecta las llevó a ser víctimas del tráfico de personas y obligadas a prostituirse en los barrios más peligrosos de esta ciudad bajo las condiciones más insalubres y deplorables.
Toda la idea de la prostitución se me hace un negocio de lo más vil y horrendo, aun no puedo creer que haya hombres y mujeres involucradas, me rompe el corazón pensar que haya personas sin gota de compasión en sus almas. Me parece aun más increible la alta demanda que existe por jovencitas que no llegan ni a sus 15 años de edad, si las atrapan, me explica Martina, es por que alguien las quiere.
Martina es joven, tiene apenas 22 años sin embargo por 5 años fue sometida todo tipo de maltratos. Su mirada refleja dolor y aunque su espíritu es positivo no puedo evitar sentir ganas de llorar cada vez que la veo. Pese a todo ella dice "tuve suerte, Hunter me encontró", suerte no es exactamente lo que pensé cuando revisé el expediente de Martina en las oficinas del albergue. Hunter me explicó vagamente que cuando trabajaba en uno de los despachos más prestigiados de Nueva York le fue asignado el caso del hijo de un millonario que se había involucrado con una prostituta. El caso parecía sencillo pero al investigar Hunter destapó una de las redes de tráfico de personas más poderosas que existen en Estados Unidos, a Martina la encontró en una casa de seguridad que estaba a nombre de uno de esos animales, encerrada con candado en un cuarto con otras 20 mujeres más.
Cada día que pasa voy entendiendo el porqué Hunter ha decidido renunciar a su riqueza y poder. Presiento también mamá que hay algo que no me está diciendo en referencia a este caso en particular. Por el momento toda su energía se enfoca en tratar de garantizar una estancia segura y legítima para Martina en este país, para que el gobierno le otorgue asilo. 
Muchas de estas mujeres tienen hijos que corren por los pasillos del albergue y juegan en el pequeño jardín que crece salvaje haciéndose camino entre los muros de concreto y la tierra descuidada. Su inocencia me conmueve y sus ganas de vivir me recuerdan lo que es crecer en Lilith, sin concepto del peligro, sin miedo. Este mundo más que nada da miedo mamá. Hunter se ha vuelto mi refugio, mi esperanza y mi aliado.
Desde mi primera cita con él no ha habido día en el que no lo vea o tan siquiera escuche su voz. Siento ansiedad sólo de pensar que muy pronto llegará el día en el que tendré que renunciar a él. Mi corazón se debate todos los días y nunca llego a la siempre conclusión, Lilith es mi hogar pero Hunter se ha vuelto parte de la sensación de hogar para mí.
Hay algo que me molesta; pese a que parece respetarme intelectualmente Hunter se niega a estar a solas conmigo, no hemos vuelto a su departamento y cuando me besa siento que se restringe de algún modo. Creo que esto se debe principalmente a mi edad. En Lilith nunca me había dado cuenta de lo que significaba ser joven para bien o para mal, creo que hemos logrado establecer roles positivos que no tienen que ver con la edad necesariamente y por eso estoy perdiendo la paciencia con este hombre. Eli me dice que no me desespere, me pregunta que es lo que estoy esperando o buscando de él. No sé exactamente, para mi sorpresa quisiera que nunca me dejara respirar y que nunca me soltara, quisiera ser todo para él y sentirme querida y deseada en todos los sentidos, pero a él parezco gustarle como objeto de decoración o como compañera de discursos políticos, no como mujer, lo que nunca pensé que me molestaría.
A ver cómo me encuentras mamá cuando te vuelva a ver, espero ser la misma en esencia pero este mundo a hecho estragos en mi alma y no sé qué pueda pasarme en el tiempo que me queda. Me da miedo y al mismo tiempo lo estoy esperando con ansias, todo, hasta la devastación absoluta.
Cuídame mamá.

Tu hija,

Pentesílea

Saturday, June 29, 2013

La Isla de Lilith: La Cita (Décima Parte)




7 de Febrero de 2013

Desperté cerca de la una de la tarde hoy y no puedo hacer nada más que suspirar y suspirar, siento que estoy en una nube y no me quiero bajar. Tengo miedo, antes y después de todo, tengo miedo y entiendo muchas cosas ahora que quizá antes cuestioné. Si esto es el principio de nuestra relación y ya estoy dispuesta a donarle un riñón o una córnea no quiero saber que va a pasar en dos meses. Quizá en tres meses ya se haya olvidado de mí y me deje rota. Quizá me tenga que regresar a Lilith en pedacitos, ¡pero qué cursi! Como sea en ocho meses todo habrá terminado. Por el momento fingiré que no existe cuenta regresiva, que tengo todo el tiempo del mundo.
Hunter pasó por mí diez minutos tarde. Los diez minutos más largos de mi vida en donde pasaron por mi cabeza mil escenas que explicaban el porqué de su impuntualidad. Decidí no disfrazarme de algo que no soy, no me puse ni tacones ni maquillaje, un abrigo, tennis y el cabello amarrado en una cola de caballo, si le intereso, me dije, esta soy yo la mayor parte del tiempo, para Barbies (muñecas de dimensiones imposibles sinónimos de perfección y tortura de la mujer común) ya tiene muchas. Emma casi me mata, no podía creer que fuera a salir con este hombre/Dios de Manhattan en esas fachas.
Escuché por fin que alguien tocaba la puerta y abrí diciendo "llegas tarde". Hunter me sonrió y depositó en mi mano un café con crema y azúcar, como si supiera cómo lo tomo todos los días. "Vamos pues, no quieres que se nos haga tarde" contestó sin disculparse. Agarré mi abrigo y nos fuimos. Caminamos a la estación de metro y nos subimos a un vagón, yo lo seguía sin saber a donde íbamos.
Primera parada.
Llegamos al barrio de Chelsea donde caminamos por cerca de 20 minutos. Sinceramente no recuerdo nada alrededor. Hunter me traía agarrada de la mano y yo sólo podía pensar en el contacto, mientras veía la parte posterior de su cabeza moverse. "Aquí estamos" me dijo por fin parando en lo que parecía una bodega abandonada. Sacó de su bolsillo una llave y empujó la cortina de acero para que pudiéramos entrar. Adentro todo permanecía oscuro hasta que Hunter encontró un interruptor y todo tuvo un poco de sentido. Alrededor de las 4 paredes yacían obras de arte cubiertas con plástico transparente. "Son piezas de futuras exposiciones del Guggenheim, MET y MoMA, aquí las almacenan a veces, podemos verlas antes que todos", me dijo seguramente dándose palmadas en la espalda, felicitándose por la elección del lugar. "¿Aquí traes a todas tus citas?" "No, sólo a las que les gusta ir a museos casi todos los días", "¿me has estado siguiendo?", "no exactamente, sólo he preguntado un poco, tu vida parece un libro abierto..." "no creo en los secretos", me  mordí la lengua, en todos los secretos excepto el de mi origen, "ya veo, y eres difícil de impresionar" "impresionarme no debería estar en tu lista, pero cambiando de tema, este es un lugar excelente, ¿cómo es que tienes acceso a esta bodega?" "tengo muchos amigos que trabajan en las artes, como benefactores y como artistas". Me pasé lo que me pareció una eternidad contemplando cada pieza, cuando reaccioné Hunter estaba sentado mirándome. "Perdón, perdí noción del tiempo,  has de pensar que soy la mujer más aburrida del planeta, ¿qué horas son?" le dije realmente apenada, "para nada, al contrario, te traje aquí porque me gusta observarte en tu ambiente, tu capacidad de asombro es magnífica, yo siento que ya lo he visto todo, pocas cosas captan mi atención", "síntoma sin duda de un verdadero neoyorkino que vive mucho y muy rápido", "quizás tengas razón, pero ven, esto no se ha terminado", tomó mi mano y nos salimos de la bodega, caminamos hacia el metro y esta vez llegamos al corazón de Wall Street.

Segunda parada.
Hunter entró a uno de los edificios y nos subimos al elevador, presionó el PH y salimos a un jardín en la azotea del edificio. La vista de la ciudad de noche era increíble. "Este era mi escondite cuando era un adolescente, mi papá trabaja en un despacho varios pisos abajo, a veces me traía en la noche y yo me venía a la azotea a escuchar música" me dijo reviviendo recuerdos, "¿vienes seguido?" "ya casi no vengo, no tengo tiempo, me la paso de viaje pero este lugar siempre ha logrado traerme paz, eres la primera persona que traigo a este lugar, ni siquiera mi papá sabe que existe, siempre estuvo muy inmerso en su trabajo como para poner atención a lugares y cosas como éstas." Sentí su amargura en el aire pero no supe qué hacer, agarré su mano y la apreté fuerte, "no te preocupes, hace mucho que dejé de esperar cosas de él", me dijo sonriendo. A veces la vulnerabilidad masculina es un poco más difícil de asimilar que la femenina, me cuesta trabajo consolar a estos robles. Me dijo "espérame un momento" y me dejó sola contemplando las luces de la ciudad. Cerré los ojos tratando de absorver tanta información y sentimientos. Nunca había estado en otra cita, de hecho esto es lo más cerca que había estado a un hombre en toda mi vida y a lo largo de estas horas había logrado encontrar en él una luz que no creí que estos seres eran posibles de emanar.  Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando Hunter puso una cobija en mis hombros; "hace frío, no quiero que te enfermes", "gracias", la cobija era afelpada y escondía bien mi respiración apresurada. Nos sentamos en el suelo y sacó de una canasta de picnic unos sandwiches, quesos y fruta, seguramente Hunter vio mi cara de "¿de dónde sacaste tanta cosa?" y me explicó "preparé esto y se lo dejé al conserje, ahorita fui por todo, vengo preparado" "gracias ya tenía hambre", "me da gusto", "¿que tenga hambre?", "no, que no seas una mujer que come como pajarito, aquí todas las mujeres "respetables" de Nueva York se están matando de hambre, incluyendo a mi madre, que preguntó por ti, por cierto." Casi se me atora un pedazo de galleta, "¿por mí?", "sí, la dejaste impresionada creo, bueno a ella y a todos los que te conocieron, ella dice que no tienes modos de gente de aquí, lo que por primera vez parece complacerle." Esa señora no tiene idea de qué tan en lo correcto está, "¿y qué más te dijo?", "que no te dejas intimidar, ella está acostumbrada a que todas tiemblen ante su presencia y le hagan cumplidos en todo momento, tú parecías un poco harta de hablar con ella, poco interesada en su cuestionario", quizá fui grosera pensé "lo siento", "no tienes nada de qué disculparte, es por eso que no acudo a la mayoría de este tipo de eventos, no me siento cómodo, alguna vez me sentí en mi elemento pero ya no". Por un momento me recordó a las fundadoras y los secretos que esconden acerca de su llegada a Lilith. "¿Me quieres decir?", "¿decir qué?, "¿por qué cambiaste, por qué ya no eres otro clon neoyorkino?, "quizá después, no es material de primera cita, creo que ya he hablado mucho de mí, quisiera saber más de ti", me tensé, ¿cómo disfrazar mi realidad de mentiras para qué la esencia sea genuina pero mis secretos estén protegidos? "¿qué es lo que sabes?", "que estudias en NYU, te interesa la literatura y las ciencias políticas, que lo más cercano a un familiar que tienes es Elizabeth, la tía de Mia, que te gusta ir a museos y tomar café, es todo, no es mucho".
"Mi padre murió cuando yo era muy chica, crecí y fui educada por mi madre y mi abuela, las dos son mujeres muy inteligentes e independientes. El lugar en el que vivimos está alejado de la civilización, es una comuna, se podría decir, esta es la primera vez que salgo y experimento al mundo. Nueva York es interesante, trágico a veces, hay mucha escasez." "¿Escasez de qué" preguntó intrigado, "de todo, de valores, de apoyo, solidaridad, empatía, dinero, decencia, de todo", su mirada me distraía "tienes razón, es una introducción al mundo un poco violenta, ¿no crees?", "sí pero muy educativa", "tengo la impresión de que pocas cosas te dan miedo, Emma dice que golpeaste a un tipo en tu primer día de orientación", Emma, claro está, su informante, "así es y hubiera quedado aun peor si no me hubieran sujetado", me sonrió levemente, "así que no te arrepientes", "para nada, se merece eso y más", "muy bien, yo hubiera hecho probablemente lo mismo, a veces presto mis servicios legales al albergue de mujeres de Nueva York, hay muchos casos de mujeres muy jóvenes que sufrieron algo parecido a lo que tú interumpiste, es difícil llevar a juicio esos casos". "Ya veo, me gustaría ir a conocer a estas mujeres", "claro que sí, iremos pronto, si me permites acompañarte".
De pronto por reflejo volteé a ver mi reloj, era la una de mañana. "Es muy tarde", dije levantándome, "¿tienes un lugar a dónde ir?", "no, pero Eli ha de estar preocupada por mí, siempre le marco antes de dormirme". "Márcale y dile que vas a llegar aun más tarde si me lo permites", "¿a dónde vamos?", "a mi casa", "no sé si deba", "yo quisiera que fueras, estarás a salvo, te lo prometo, me portaré como un buen y decente anfritrión". Me acordé de Eli, "a los hombres no hay que creerles ni la mitad de lo que dicen", me repitió muchas veces en Lilith, pero no contaba con mi necesidad de querer creerles, ¿por qué seremos así? "Ok... déjame le hablo".
"¿Penélope estás bien?" respondió rápidamente Eli un poco agobiada. "Sí, todo bien", "Emma me dijo que saliste con Hunter, ¿estás con él todavía?", "sí", no supe qué más decir, "ok, bueno, avísame si necesitas algo y hablamos mañana, te quiero", "yo también, gracias Eli". Por un momento estuve a punto de reclamarle a Eli su falta de preocupación pero me acordé de Elena, ella nos explicó que las guardianas no están aquí para decirnos cómo vivir sino para apoyarnos y no son nuestras madres, es por eso que una madre jamás será monitora de su propia hija, es imposible dejar ser a la sangre de tu sangre. Hunter me veía con lo que interpreté como tristeza, "¿pasa algo?", "no, nada, ¿se quieren mucho?", "yo quiero mucho a todas mis hermanas", cuando terminé la última palabra comprendí que mi oración originaría muchos problemas y me di de latigazos, mentalmente claro está. "¿Tus hermanas?", "mi madre me enseñó a tratar a todas las mujeres como hermanas". "Tu madre no es de este mundo, pero es sabia, algún día quisiera conocerla". Me siento mal de pensar que eso nunca pasará. "Seguramente mi madre me quiere como la tuya a ti", le dije un poco cambiando de tema, "no estoy seguro de que mi madre hubiera tenido hijos de saber concientemente de lo que significaba, no es una mujer muy maternal, digámoslo así", "ya veo, pues no importa, igual no la necesitaste", "'¿a qué te refieres?", "a que igual creciste siendo una persona de bien", "no me conoces bien, pero sí, ¿eso parece verdad? pese a todo, salí diferente a mis padres. A veces Penélope uno puedo decidir desviarse del camino que está trazado para uno". Me dejó pensando, me senté a observar como recogía nuestro pequeño picnic inmerso en sus pensamientos. Yo fui planeada y querida desde el principio, mis principios y educación fueron también cuidadosamente impartidos para ser digna decendiente de la fundadora de nuestra isla, para que en algún momento tomara su lugar. Nunca había dudado que esa fuera mi vocación y mi misión en la vida, nunca hasta ese momento.
"¿Lista?", "sí", "no te preocupes, te regreso a tu casa antes de que amanezca" me dijo. Algo había pasado en el transcurso de estas cosas. Mi corazón estaba tranquilo, habíamos logrado establecer un lazo de familiaridad, como si hubiéramos sido amigos de toda la vida, como si hubiéramos crecido juntos. Me gustaba el hecho de saber que seguramente estas confesiones no eran parte de una rutina para meterme en su cama, o por lo menos eso escogía pensar. Me gustaba pensar que yo le daba paz a su alma y que él desacomodaba todas mis creencias.

Tercera parada
Su departamento no era lo que yo esperaba. Era un flat, no había divisiones entre cocina, sala y recámara, sólo una puerta que daba al baño. Estaba en el "meatpacking district", en el quinto piso un edificio industrial al que sólo teníamos acceso por medio de un elevador de acero que servía para mover la mercancía de los primeros pisos. Hunter tenía muchas fotos y pósters cubriendo las paredes y a veces las ventanas de su departamento. Fotos de paisajes que parecían lejanos, fotos con niños, seguramente de su trabajo de voluntario, fotos con muchas personas abrazadas y abrazándolo. Fue ahí donde entendí que Hunter se sentía en casa lejos muy lejos de aquí. Al fondo se veía una cama deshecha, con sábanas blancas, una mesa redonda con dos sillas y una laptop. Nada ostentoso. Sacó un par de copas y una botella de vino "¿quieres?", "sólo un poco, gracias", "no es mi intención emborracharte", "no sé exactamente cuál sea tu intención pero no me gustan los efectos que produce el alcohol, se me hace anti-natural". No lo quise ver, seguramente estaba viéndome con cara de "bicho rato". Encontré un sillón y me senté, empecé a hojear un libro que estaba en la mesa. "Aquí tienes", "gracias...", "¿qué piensas?", "que no es lo que me imaginé", "tengo miedo de preguntar qué te imaginaste, ¿qué te ha parecido nuestra cita?", "una agradable sorpresa", "me da gusto, tú has sido una sorpresa para mí, cuando supe tu edad pensé que esto quizá no llegaría a ningún lado, pero algo hizo bien tu mamá que no te comportas como alguien de tu edad, al menos no alguien de aquí", "¿eso es bueno? ¿Me estás juzgando para ver si soy lo suficientemente madura para andar contigo? Porque déjame decirte que si es así, tu definitivamente no pasaste mi prueba", "no te molestes, quise decir que me siento agusto contigo, eres ingenua, es verdad, pero eres genuina e interesante y muy diferente a lo que me pude haber imaginado que eres, porque, déjame decirte que tengo meses imaginándome cómo eres". Ese último comentario me desarmó por completo, de pronto no supe que decir y sentí unas ganas enormes de abrazarlo.
"¿Qué pasa?", "nada pasa, no sé qué decirte", "¿has pensado en mí?", "sí, he pensado en tí, todos los días, desde que te conocí, y a veces te he maldecido, y otras me has hecho sentirme enferma, y todo está en mi cabeza, yo sé, y ahora segura que has de pensar que estoy idiota y todos los puntos que me gané pretendiendo ser cool y madura los voy a perder en este momento" Hunter se echó a reír, "qué bueno que no hayas perdido tu sentido del humor, me da gusto darte tanta risa". Justo estaba apunto de pararme cuando me jaló del brazo y me sentó otra vez, tomó mi cabeza con sus dos manos enmarcándome la barbilla, me vio, su sonrisa se borró de sus labios y me dio un beso en la boca. El contacto de mi boca con la suya me hizo olvidarme de todo, lo abracé con fuerza y dejé que me besara lo que me pareció una eternidad. Obviamente yo no sabía lo que estaba haciendo y tenía la impresión de que él sí. Cuando me pareció que me quedaría sin aire me hice hacia atrás sólo para darme cuenta que estaba recostada en el sillón y que tenía a Hunter encima de mí, ¿cómo y cuándo pasó eso? Me senté y traté de recuperar el aliento. Hunter se levantó y se sacudió la cabeza, se veía alterado, "¿segura que tienes 18 años? porque ninguna mujer me ha puesto así en mi vida, no has perdido ningún punto Penélope pero yo me siento en la secundaria", "¿hice algo mal?", "nada, nada mal", "bueno ven, siéntate", "¿qué quieres?", "quiero tenerte aquí, cerca de mí, abrázame" estiré mi brazo y él se acercó inseguro, "¿qué pasa?", "en este momento siento que no es lo más conveniente tenerte en mi departamento",  "yo decidiré eso" y me acurruqué en él, mientras acariciaba lentamente su brazo, sentía su respiración en mi nuca, su corazón me arrulló y me quedé dormida.
Me desperté con el sonido de mi celular, eran las 5 de la mañana, hora a la que normalmente me levanto para ir a correr. "¡Nos quedamos dormidos!"dije alterada, pensando en que seguramente Eli estaría dando mi descripción a la policía. Hunter se levantó "tranquila, ahorita mismo nos vamos". Agarré mis cosas y salimos rápidamente de su departamento, en media hora estamos en la puerta de mi dormitorio. Hunter me dio un beso en la mejilla y me dijo "hasta pronto Penélope, me la pasé muy bien en nuestra cita" mientras entrelazaba sus dedos con los míos, yo lo jalé hacia mí y le di un beso en la boca, luego despegué mis labios y le susurré al oido "yo también". Me metí al cuarto antes de que mi gran bocota pudiera arruinar el momento, me recargué en la puerta trazando con mis dedos mis labios cuando sentí que alguien tocó la puerta, era Hunter, "¿cuándo te puedo ver otra vez?", "mañana", "mañana nos vemos entonces, yo te hablo", "ok".
No sé qué hacer conmigo, tengo miedo, no sé si lo pueda dejar, esto es imposible, esto no puede acabar bien, tengo que hablar con Eli.
Buenas noches/días Lilith.

Wednesday, June 12, 2013

La Isla de Lilith: Correspondencia (Novena Parte)

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Tuesday, June 11, 2013

La Isla de Lilith: Orgullo y Rechazo (Octava Parte)


23 de enero de 2013 

Ha pasado ya más de un mes desde vi a Hunter. Repito nuestra conversación una y otra vez en mi cabeza y me trato de tranquilizar diciéndome que él me va a buscar, que lo dijo muy convencido, y que no ganaría nada con mentir. Eli dice que mi error está en pensar que se miente por alguna utilidad, "la gente aquí también miente por placer", me explica y se me hace un nudo en la garganta. Pese a esta gran necesidad que ha surgido de la nada me he prometido no traicionarme en el proceso de conocer a este hombre. Porque finalmente no sé cuales son sus intenciones y no lo conozco, no sé de qué está hecho y no lo quiero idealizar como algún personaje de Jane Austen.
Emma dice que Hunter ha tenido muchas novias, que estudió derecho y empezó a practicar hasta que un buen día se hartó y nadie sabe ahora exactamente a qué se dedica. Gracias a google sé que ha pasado varios meses en los rincones más escondidos del planeta dirigiendo proyectos humanitarios, así que en teoría sí es un soltero codiciado; inteligente, rico, altruista y atractivo, pero para mí es una mezcla de insoportable con sabelotodo.
"Tienes que aprender las reglas del juego" me explica en un tono un poco condescendiente Emma. Pero yo no quiero jugar, quiero decirle lo que pienso y lo que siento en el preciso momento en el que pasa por mi mente. Al parecer el juego consiste en mentir, decirle lo que quiere oir y una vez atrapado ir revelando tus secretos sin darle oportunidad de huir. Me parece de lo más estúpido y en esta guerra no daré mi brazo a torcer. Creo que las fundadoras tenían razón, no tiene caso tener un seminario acerca de los hombres, pronto se aprende y este sentimiento de impotencia y rechazo no se lo deseo a nadie.
Es época de exámenes así que tengo que enfocar mi energía en algo más productivo que pensar en si me hablará o no. Me la he pasado noche y día en la biblioteca, lo que al menos me calma los nervios ya que puedo pretender que si Hunter me ha buscado, no me ha encontrado porque no tengo celular y no hay modo que sepa que estoy aquí. Cuando termino de estudiar me voy al MOMA a relajarme. Los empleados y curadores ya me conocen y me observan desde lejos. No sé qué pensarán de mí. En este tiempo que he vivido en el mundo mixto me he hecho muy conciente de lo que los demás piensan de mí, es un sentimiento contra el que trato de luchar todos los días. Creo que en Lilith los comportamientos y las personalidades fluyen naturalmente y nadie se preocupa mucho por lo que otras piensen o no de ellas, estamos para querernos y entendernos. El otro día caminando por los pasillos del museo me encontré una pintura muy interesante, la pintora Margrite Allinor me recordó mucho la esencia y libertad de mi isla, casi puedo jurar que Margrite es Margarita la fundadora, será algo que definitivamente tendré que aclarar de ella y que también puedo buscar en google como dice Emma.

5 de febrero de 2013

Principios de mes y me encuentro en un predicamento. Enero transcurrió sin señales de Hunter y yo poco a poco me fui haciendo a la idea que eso era lo mejor que me pudo haber pasado, que ningún hombre me debe ni puede tratar así y que si me lo llegara a encontrar otra vez lo vería con indiferencia. Estaba equivocada, como parezco siempre estar en este mundo.
El viernes pasado me encontraba sumergida en la clase de uno de mis profesores favoritos que imparte la materia de "Manejo de crisis en el mundo moderno" cuando mencionó tener a un invitado.
"En este momento quisiera interrumpir mi clase para darle la bienvenida a un gran amigo que viene a platicarles acerca del manejo de recursos naturales en los países subdesarrollados, el señor Hunter Perry" dijo mi profesor y mis ojos se abrieron aun más grandes y mi corazón se saltó un latido. Entró entonces al salón este hombre y se recargó en el escritorio del profesor y casualmente dio una plática de al menos media hora, hubo preguntas y él amablemente las respondió todas. Mientras él hacía el papel de orador elocuente yo temblaba de rabia al observarlo tan casual y poco alterado por mi presencia. Me hice mil preguntas acerca de si esa aparición había sido obra de la casualidad o si había manipulado las circunstancias para que nuestro próximo encuentro uno en el que me fuera imposible retarlo, mucho menos recriminarle algo. Yo no hice preguntas pese a lo interesante del tema, me mordí la lengua y me dediqué a observarlo, nunca se dignó a verme a los ojos y eso le dio aun más coraje. Nunca me había dado cuenta de qué tanto puede transtornar la indiferencia hasta ese momento. Al salir de clase fui la primera en agarrar mis cosas e irme. No tengo idea si él hizo el intento por buscarme entre la multitud de estudiantes o si simplemente emprendió su camino, la verdad en ese momento sólo quería salirme de ese salón e irme a donde pudiera dejar de fingir normalidad.
Al llegar a mi cuarto Emma me sonreia con cara de idiota, yo no estaba de humor así que secamente le pregunté que si qué le pasaba. Me dijo "checa tus mensajes". Me dirigí a mi teléfono y accesé mi buzón de voz; "Hola Penélope habla Hunter, perdón si te sorprendí en el salón de clase pero el profesor Martin y yo somos muy buenos amigos y me rogó que lo fuera a visitar. Me dio gusto verte, no me acordaba qué tanto me gustabas... Me gustaría llevarte a cenar mañana por la noche, nada muy elegante, háblame por teléfono al xxx-xxxx o mandame un  correo a hunter.perry@xxxxx.com, espero verte mañana."
Creo que nunca había dicho tantas groserías juntas y en un tono tal altisonante. Emma estaba asustada. El predicamento es el siguiente: me muero de ganas de verlo y su mensaje es tan odioso como sexy, pero no se me hace justo la osadía con la que asume que en dos segundos estaré brincando de alegría y agradecimiento porque el Dios Hunter se ha dignado a bajar de los cielos para dedicarme un par de horas de su valioso tiempo. El sarcasmo es definitivamente una herramienta que ya aprendí a usar en este mundo. Emma dice que la mejor opción es escribirle un correo, que me será más fácil hacerme la difícil cuando no esté escuchando su voz. Creo que eso haré.
Estoy enojada. Una vez más este hombre me forza a usar artimañas que no apruebo.

Buenas noches Lilith.

Thursday, June 6, 2013

La Isla de Lilith: Contacto (Séptima Parte)


20 de Diciembre de 2012

Han pasado ya varias semanas desde mi visita a Nueva Jersey y no puedo dejar de pensar en él. La ciudad se ha cubierto de luces y el aire frío huele a pino. En Lilith no celebramos Navidad y el clima de la isla jamás nos indicaría en qué estación vivimos. Esta época hace todavía más difícil vivir en este lugar. Se me ha vuelto un hábito sentarme en el parque a observar a las familias que caminan con prisa cargando regalos, árboles navideños y demás decoraciones. Extraño tener a alguien así en mi vida, lo que siempre me regresa a Hunter de algún modo. ¿Qué estará haciendo? ¿Qué pensará de mí? Mejor dicho, ¿pensará acaso en mí? ¿Le robaré el sueño como a mí me lo roba? Seguramente su impresión de mí dista mucho de lo que en realidad soy, después de todo no hay modo que pueda saber que soy decendiente directa de la fundadora de una isla en donde sólo viven mujeres. Aun así me hubiera gustado haber tenido tiempo para quitarle de la cabeza que soy una mujer hecha de plástico que se dedica a verse en el espejo. Más que nada me enoja que me altere tanto lo que este casi desconocido piense o no de mí. Es inútil gastar energías en él, lo sé. Antes de irme le pregunté a Mia como podría contactarlo y me dijo que Hunter es imposible, se rehusa a ser parte de cualquiera red social, no tiene celular y nadie sabe exactamente donde vive. Mi único contacto con él es Mia y ella se ha ido de nuevo a Boston.
Los papás de Emma nos han invitado a Eli y a mí a pasar Navidad con ellos en la ciudad. La mamá de Emma organiza anualmente una gala justo en Navidad a beneficio de un orfanato en África y siendo que no tenemos nada mejor que hacer por lo que la decisión fue fácil de tomar.
Un abrazo Lilith.

26 de Diciembre de 2012
Estoy todavía tratando de ordenar mis ideas, pero hay pensamientos que me inundan al mismo tiempo. Supongo que podemos empezar con la gala. Nunca había visto un despliegue tan impresionante de elegancia y opulencia, supongo que Lilith no se destaca por estar a la vanguardia en cuanto a la moda y decoración, es más bien un estado de ánimo. Las escaleras al gran salón olían a todos los tipos imaginables de flores, la luz de las velas le daban un toque romántico a la velada y ahí estaba yo inmersa en un mar de smokings y vestidos largos. Emma me jalaba de grupo en grupo presentándome con los amigos de sus papás. Personas importantes que bebían champaña y me miraban críticamente; presidentes de compañías Forbes 500; banqueros, inversionistas, doctores, gente educada y con dinero, seguramente. "Me lo agradecerás cuando tengas que buscar trabajo", me susurraba Emma. Yo no me sentía forzada, me gusta conocer a otros seres humanos, en un nivel más personal e informal (aunque no podría decir que esta gala era informal, pero al menos estaban divirtiéndose), creo que hay un hilo que nos une a todos y si busco bien, hasta con la persona más extraña tengo posiblemente algo en común, incluso con los hombres. Cuidé mis palabras, la prudencia no es un valor muy fomentado en Lilith y esto me ha traído ya varios problemas en el mundo mixto.
"Penelope te quiero presentar a los Sres. Perry; son buenos amigos de mis papás, John, Martha ella es Penélope Jones, mi compañera de cuarto en NYU". "Mucho gusto Penélope y feliz Navidad", dijo Martha mientras me examinaba para ver si pasaba por gente "decente". "¿Qué estudias Penélope? me preguntó John, "todavía no he elegido un campo, pero me inclino a las ciencias políticas y la literatura", "ah, ¿o sea que estoy conociendo a una de las futuras líderes del país?" me dijo un poco bromeando, sin tomarme en serio, "se podría decir, sí, me interesa llegar hasta la más alta esfera", John cambió su semblante cuando se dio cuenta que hablaba en serio, "si es verdad, llámame cuando termines tu carrera, tengo amigos importantes en Washington que se beneficiarían de tenerte en su equipo de trabajo", "muchas gracias John", al parecer hay algunos hombres que les interesa que las mujeres se destaquen en su campo, John era uno de ellos, Martha aun no sabía qué pensar de mí, "¿viniste con tus padre? me gustaría conocerlos". "Mi padre murió cuando yo era muy pequeña, mi madre vive en una pequeña comunidad lejos de todo esto", le dije para intentar callarla. "Cuánto lo siento, ¿vienes sola entonces?", esta mujer estaba en una misión para enterarse de toda mi vida. "Penélope viene con Elizabeth, su madrina, ella es una científica muy importante, seguro gana el premio Nóbel uno de estos días", Emma salió a mi rescate. "Mi hijo está por aquí, es como de su edad, me gustaría presentárselo, pero no lo encuentro, no le gustan este tipo de eventos", me dice Martha por fin satisfecha con su interrogación. "No te preocupes Martha cuando lo vea se lo presento a Penélope", Emma nos excusó y me condujo al baño de mujeres. "Martha Perry es de las mujeres más especiales en Nueva York, su aprobación vale mucho en esta sociedad, no que te interese". "A mí no me pareció que le hubiera caido bien", le expliqué, "así se habla aquí, nadie te va a decir Penélope te ves hermosa y tienes el potencial de ser mi futura nuera, pero eso pensó te lo aseguro", "¿tú crees?", "claro por eso te quería presentar a su hijo, el soltero codiciado", me dijo con un tono sarcástico.
La noche avanzaba y mi mente divagaba, tenía una ansiedad inexplicable. Eli parecía entretenida platicando con los papás de Emma. Me acerqué a la ventana, la ciudad se ve increíble de noche, guarda bien todos sus secretos. La puerta hacia el balcón estaba abierta así que decidí salir un momento a tomar aire. Me recargué en el balcón y cerré los ojos para imaginarme en la isla. Ni cuenta me di que alguien estaba justo detrás de mí.
"No esperaba encontrarte aquí", me susurró la voz de un hombre al oido. Abrí los ojos asustada y entonces olí su aroma tan cerca, aunque sólo lo había olido una sola vez antes en toda mi vida me lo sabía de memoria, era Hunter. Me tenía encerrada con su brazos apoyados en el balcón rodeando, casi abrazando mi cuerpo. No voltée a verlo, no me creí capaz de aguantarle la mirada. "Yo tampoco, pensé que estarías quemando alguna tienda en Jersey, no celebrando Navidad con la crema y nata de Nueva York" le contesté. "Mis padres me hacen venir a estos eventos, creo que ya tuviste el placer de conocerlos; John y Martha Perry", me dijo, entonces pensé en el comentario de Emma acerca del soltero codiciado, ¿cómo era posible en esta ciudad tan grande existiera esta conexión entre este hombre misterioso y mi compañera de cuarto? No quería que se fuera así que traté de mantener la conversación, "¿tus padres saben lo que haces?", "¿te refieres a las protestas?" asentí, "no tienen porque, así como yo no debería de saber acerca de los negocios fraudulentos de mi padre y de sus infidelidades, o de la adicción a los análgésicos de mi madre" su tono era amargo y mucho más maduro que la edad que tenía, no podía pasar de 25. "Suena como que ya lo tienes todo descifrado" le dije en el mismo tono (escondiendo mi emoción, me desconozco). "Así parece, ¿verdad? sin embargo aquí estoy tratando de entender qué hace una mujer, que parece inteligente, interesada en ciencias políticas en una escuela como NYU y en una gala tan pretenciosa como esta".  "No me gusta como escoges tus palabras, no parezco, soy y mi escuela es una de las mejores del país, además me parece un tanto hipócrita de tu parte que critiques estos eventos cuando naciste en este mundo de opulencia y sin duda este demonio de padre que tienes te dio todo lo que quisiste y esta madre adicta te dio todo el cariño que necesitaste al crecer" le dije volteando a verlo a los ojos, desafiando sus argumentos de rebelde sin causa, crucé los brazos para tratar de disimular que mi corazón latía tan rápido como si se quisiera salir de mi pecho. "Vaya, hasta que me dices lo que piensas, si eres lo que pensé después de todo... no le des tanto crédito a mis padres, son lo que ellos quieren que creas" continué "pues algo han de haber hecho bien para educar a un hijo que se arriesga para salvar a completos desconocidos del peligro", "no salve a un completo desconocido, te salve a ti".
Era demasiada información que analizar; ha pensado en mí, me salvo a mí, le importo de algún modo, "además eso se lo debo a mi nana, ella me crió, ella me enseñó a diferenciar entre lo que importa y lo que no", "¿qué importa?" le pregunté mejor parada ahora que sabía que yo estaba en sus pensamientos. "Tu vestido es bonito y seguramente caro pero no importa, tus metas y tu forma de pensar importan, tus ideales importan, el cascarón, no." Esa fue la primera vez que alguien me hizo un cumplido acerca de mi físico que realmente resonara en mí, probablemente porque venía de su boca. Su presencia me descomponía el alma, me hacia pensar en cosas que jamás pensé que pasarían por mi mente, me hacia querer estar cerca, muy cerca de él, de perderme en él.  "¿No tienes que volver a la fiesta?", le dije por fin, no me estaba gustando como me comportaba en su presencia, tan insegura y ansiosa. "¿Me estás corriendo?" me dijo riéndose, "está bien me voy si quieres, sé que es una noche importante para ti, tu debut en sociedad si así le quieres decir", "te burlas, está bien, no me importa lo que pienses" mentí otra vez, atando cabos en mi cabeza rápidamente; seguramente me había estado observando desde hace rato y que se esperó hasta que me encontró sola para hablar conmigo. "Eres extraña, ¿te lo habían dicho?", "muchas veces, tu eres odioso a veces", "¿y las demás?", "¿las demás qué?", "veces, ¿cómo soy?", me quede callada, me está retando, sentí su ego inflarse, "las demás no te entiendo","mmmm, algo tenemos que hacer al respecto, si tu quieres" me sentí apunto de saltar de un precipicio sin paracaídas, me dio miedo más que otra cosa, "no sé si quiero" me dieron unas ganas terribles de salir corriendo y llorar, "tendremos que convencerte". Se me acercó todavía más, bajé la mirada y concentré mi mirada en un botón de su camisa, el levantó mi barbilla y yo creo que vio miedo en mis ojos por que me dijo "perdón Penélope, no quiero intimidarte y tampoco quise asustarte el otro día en Jersey, el movimiento es muy importante para mí lo protejo con todo lo que tengo, no es excusa, pero es fácil sacarme coraje, soy muy explosivo, ya te has de haber dado cuenta" me sonrió y besó mi frente, luego me dijo al oido "tengo la impresión que no te pareces a nadie que conozco y me intrigas, hasta luego" y se alejó de mí, un arrebato me poseyó y le grité "¿hasta cuando?", volteó y me dijo "no te preocupes, hasta pronto, ya sé donde encontrarte". Su contestación me indignó y emocionó al mismo tiempo, ¿por qué no pudo haber sido más claro? ¿por qué bajo sus términos? Le platiqué a Eli y me dijo que así son estas creaturas, vagas e indecisas, productores de incertidumbre, lo que a toda mujer, naturalmente, la vuelve loca.

Hombres, hombres, hombres, él, él, él, estoy perdida Lilith. Pero lo quiero ver.

Tuesday, June 4, 2013

La Isla de Lilith: El olor de un hombre (Sexta Parte)


5 de Diciembre de 2013

Este viaje a Nuevo Jersey me dejó bastante desorientada. Llegamos a casa de la tía de Elizabeth. Desde lo ocurrido con el padrastro de Eli, ella ha roto todo contacto con su madre. Fue su madre el factor más importante a la hora de tomar la decisión de vivir en Lilith; ella nunca que le creyó a Eli y vivió con el pederasta ese hasta que este tuvo a bien morir de un ataque cardiaco. Aun después de la muerte el distanciamiento se prolongó. A mí me parece inconcebible que una madre no confíe en su hija siendo este lazo el más sagrado que tenemos. La luz al final del túnel aquí fue su tía Zoe, que le dio un hogar y cuyo abrazo consoló cada una de sus lágrimas durante ese difícil periodo de su vida. Zoe es peliroja, tiene arrullas que le nacen como raíz de árbol frondoso en las comisuras de su boca y en los ojos, pero ella dice que las arrullas son la cicatriz de sus carcajadas y de todo lo vivido. Es un personaje, completamente excéntrico, pero cuando hablo con ella me recuerda a todas mis hermanas de la isla, especialmente a las fundadoras. Zoe no sabe bien en dónde vive Eli; sabe que ganó una beca para hacer un trabajo de investigación en algún rincón lejano del mundo y que no hay muchos vuelos por ahí, así que sólo visitan una vez cada 5 años.
Zoe tiene una hija, de mi edad, se llama Mia. Ella estudia en Boston pero está aquí de visita para pasar el famoso "Thanksgiving" con nosotros. Para mí, una foránea, esta festividad se me hace un poco incoherente pero entiendo el concepto de dar gracias. Después de todo me la he pasado dando gracias de haber nacido en Lilith y crecido en otro mundo donde me puedo expresar y ser libre sin ser juzgada, entre otras cosas.
Los problemas empezaron cuando Mia me invitó a ir a uno de sus mítines. Eli me dijo que son inofensivos; "un montón de jóvenes protestando encontra de los monstruos del Estado Capitalista", pero me pareció interesante el concepto de rebelión, despúés de todo, ¿qué es Lilith sino una rebelión organizada? Mia me preparó, me sujetó el pelo con una liga, me quitó mi cadena de plata y me prestó unas botas negras, "trata de no atraer la atención, algunos de los líderes del movimiento son un poco paranoicos". De pronto una descarga de adrenalina se apoderó de mi cuerpo, es tan excitante hacer algo peligroso, tengo problemas, esta es la tempestad de la que hablaba Eli. La cita fue debajo de un puente, de esos que abundan en Nueva Jersey. Sobre una plataforma uno de los líderes del movimiento YFC (Youth Fighting Capitalism) hablaba acerca de las cadenas de tiendas que tenemos que boicotear. Gritaba con tal intensidad que creí que se iba a lastimar la garganta. Nos mezclamos entre los demás participantes y escuchamos por alrededor de una hora a diferentes jóvenes con ideas entre radicales, subversivas e ilegales. Algunos de los participantes tomaban cerveza, otros fumaban lo que olía como marihuana (no que yo sepa a qué huele pero en el seminario de tropicalizacion a Estados Unidos tuvimos una sesión dedicada a las drogas recreativas), algunos usaban rastas y otros tenían perforaciones en los lugares más extraños. Era como un submundo escondido dentro de la normalidad. Mi mente inquisitiva fue interrupida cuando alguien bloqueo mi vista, "¿qué se te perdió princesita?", "viene conmigo Hunter", me defendió Mia al mismo tiempo que me jalaba del suéter. "Si crees que el mitín te va a sacudir lo snob estás muy mal, ándale actualiza tu estatus en el facebook, hacer protesta es cool ¿no?" me siguió diciendo ese hombre. ¡Ah, ese tan mencionado sarcasmo! ahora entiendo cómo agrede. "Cálmate Hunter, Penélope no es de aquí y no es ninguna snob, es protegida de mi tía Elizabeth, así que bájale, no es ni una rica heredera ni periodista, así que el movimiento está seguro".
Por alguna razón la confrontación con este animal me causó miedo y por primera vez en la vida no tuve palabra alguna que decirle, me quedé callada y me hice chiquita a su lado. No puedo llegar a imaginar como es que se sienten las víctimas de violencia intrafamiliar, ser agredida te saca el aire de los pulmones, literal o figurativamente, como a mí.
Justo estaba reuniendo fuerzas para contestarle al baboso cuando alguien gritó "¡Policía!", la gente corrió y la policía soltó bombas de gas lacrimógeno al mismo tiempo que avanzaban arrinconando a los que no pudieron escapar. En el alboroto solté la mano de Mia y la muchedumbre nos separó haciéndola perdediza. Entre tanto caos y desesperación una persona detrás de mí me golpeó la frente y el ojo. Me tiré al suelo en un rincón oscuro y me abracé para tratar de esconderme de la fuerza policiaca que luchaba contra los drogadictos y borrachos que se resistieron a los arrestos. Los golpes y los ruidos cada vez se acercaban más hacia mí y yo me encontraba tiesa del miedo. Cerré los ojos y escuché mi nombre, luego una mano que me levantó bruscamente del suelo y luego calma. Cuando reaccioné alguien me llevaban en sus brazos y cuando dirigí la mirada a su rostro me di cuenta que era Hunter, el mismo animal que minutos antes cuestionaba mi existencia. En ese momento no sentí nada más que agradecimiento, después me sentí frágil e inútil, pero en mi estado sólo pude abrazarlo fuerte para sentir el calor de su cuerpo. Hundí mi nariz en su nuca y entonces me ocurrió, ese olor hizo eco en cada uno de mis sentidos, me dio escalofríos por todo el cuerpo y me hice muy consciente de mi sexo. "Shhh, tranquila, te llevo a casa de Mia, tu frente no para de sangrar, de seguro necesitas puntadas". Le di las gracias cuando por fin pude articular palabra. "Supongo que esto fue más de lo que pediste cuando pensaste en ir a un mitín". Mi sonrisa fue pequeña. "Ya me puedes bajar" le dije. Caminamos hacia su carro y nos fuimos callados a casa de Zoe donde Mia y Eli estaban en el porche volviéndose locas.
"Te dejo, ya has tenido suficiente por hoy" se despidió, antes de que estuviera totalmente fuera de mi alcance le agarré la mano y le di las gracias otra vez, me sonrió y vi por fin un rastro de humanidad, al menos de la humanidad que yo conozco. Y se quedó dentro de mí.
¿Qué es esto?

Buenas noches Lilith.

Saturday, June 1, 2013

La Isla de Lilith: Adaptación (Quinta Parte)


13 de noviembre de 2012

Ha pasado tiempo ya desde lo sucedido con Maya. Aun así, ella se rehusa a hablar del tema. Puedo notar que en el fondo se culpa y quisiera poderle lavar sus pensamientos con jabón. Por alguna razón esta sociedad hace sentir culpable a las víctimas de los crímenes más atroces. De ella he escuchado cosas como "seguramente algo le di a entender, mi blusa estaba muy escotada, no le dije suficientes veces que no" y eso me vuelve loca.
Pese a todo esto voy progresando en adaptarme a este incoherente hábitat urbano. Tengo una rutina; me levantó a las 6 de la mañana y me salgo a correr a un parque que queda cerca. Corriendo me distraigo y produzco las endorfinas que necesito para vivir tan lejos de Lilith. Después compró el periódico en un puesto que esta justo enfrente de los dormitorios. Ya conozco bastante bien al vendedor, su nombre es Tim. Él es un hombre joven, sin embargo su físico aparenta más años que los que en realidad tiene. "La vida muñequita, la vida me ha maltrado mucho, pero aquí estamos"me dijo alguna vez amargamente. Él ha logrado quitarle el estima a ese apodo con el que la gente mixta suele asociarme: muñeca; como si fuera perfecta y frágil. Tim es viudo, su esposa falleció hace 5 años de cáncer dejándolo a cargo de sus dos hijos; una nena llamada Jenna y un niño llamado Thomas. Tim trabaja todo el día, su hermana recoge a los niños de la escuela y los cuida hasta que Tim va por ellos en la noche. Se nota que es un buen padre, una persona noble como muchas que conozco en Lilith. Espero con el tiempo forjar una buena amistad, su ejemplo me ha hecho pensar que quizá haya esperanza después de todo. A lo mejor me puedo encontrar a un hombre la mitad de decente que Tim para hacerlo mi amigo o algo más. Por el momento sólo de pensarlo me da una mezcla de náuseas y desagrado. 
Una vez con periódico en mano entro a la cafetería donde trabaja Maya, compro un café y un bagel y leo tranquilamente los acontecimientos del día anterior. Siempre me sorprende enterarme de tanta tragedia, me duele el corazón de pensar que hay tanta mujer infeliz en el mundo mixto, si pudiera me las llevaba a todas a la isla. Pero, diría Juana; algunas mujeres no conocen nada mejor y no alcanzarían a entender lo que tenemos. Después de enterarme del mundo regreso a mi dormitorio, me baño y me voy a clase junto con Emma. Pese al primer encuentro negativo que tuvimos, Emma se ha convertido en una buena amiga, junto con Terrance y Scott me han poco a poco introducido a este mundo extraño y me han hecho una persona más "normal".

En la universidad soy feliz. Las clases y el material de estudio estimulan mi mente. Mis profesores me escuchan complacidos, mientras mis compañeros de clase me miran con ojos de odio. Ya aprendí a que se me resbalen esas miradas. Eli dice que las mujeres muchas veces tienen que aparentar menos inteligencia para ser atractivas y yo creo que pese a mi aparente belleza física a muchos de mis compañeros ya les he de parecer la más fea de las mujeres, porque no me callo nada. Mientras yo me considero asertiva y tenaz, ellos me creen una perra sin sentimientos, sin embargo me parece un tanto irracional ya que cuando ellos actúan igual son recompensados por su iniciativa. Eli se ríe de mí, y seguido, me dice "únete al club".  

Los fines de semana los dedico a explorar museos, galerías de arte y a ir a conciertos. He encontrado una gran pasión por la música. Mientras escuchamos todos a estas bandas tocar, los hombres son más apacibles y receptivos, hasta hacen broma y te tratan como a su igual.
 
Extraño la voz de mi mamá y de Diana todos los días, cierro los ojos y escucho sus palabras que me mecen con el viento isleño. Extraño a mis hermanas que están regadas por varios rincones del mundo, seguramente horrorizadas como yo de estas barbaridades.
 
Ayer tuve que mentir de nuevo, mientras nos arreglábamos Emma me preguntó que si quién era Lilith. Casi me delata mi cara, tuve que voltearme y contestar que era el nombre de mi perrita, a la que me dejé en mi casa y que la extraño mucho. Emma me dijo que ya van varias noches que me escucha susurrar su nombre entre sueños.
 
El fin de semana siguiente iré con Eli a Nueva Jersey. Me prometió enseñarme donde creció. Nos hemos hecho buenas amigas, es como mi madre sustituta. Ella me explica y me tiene mucha paciencia, por lo general cada noche tengo mil preguntas acerca de mi día, de mis compañeros y sus comportamientos, de cultura, de política, etc.

Por el momento estoy tranquila, creo que he logrado mi misión y me he camuflajeado bastante bien, cualquiera diría que soy una neoyorkina cualquiera, hasta que abro la boca.

Buenas noches Lilith.

 

Thursday, May 30, 2013

La Isla de Lilith: Agresión (Cuarta Parte)

3 de septiembre de 2012
Estoy harta, ya me quiero regresar. Si en algún momento cuestioné las razones de las fundadoras de dejar atrás este mundo ahora las entiendo perfectamente. Sólo quisiera que fueran semanas y no meses los que me faltaran para completar este castigo. Me pregunto si todas las demás hijas de Lilith se sintieron así. Quizá yo soy la extraña.
El sábado desperté con mejor actitud, después de todo no estoy sola, está Eli si la necesito y pronto tender una compañera de cuarto con quien compartir mi día.    A las 8 am estaba bañada y peinada. Bajé al lobby de mi edificio a esperar a la guía, quien nos enseñaría el campus. Lo primero que note fue que las jóvenes tenían una especie de pintura en sus caras. Margarita me explicó que las mujeres en el mundo mixto usan maquillaje. El objeto del maquillaje es ocultar defectos y realzar la belleza, en concepto tiene sentido pero en persona todo luce muy extraño. Mi madre me dijo que nací perfecta, que las diferencias entre nosotras nos hacían interesantes, jamás escuche a una habitante de Lilith referirse a otra mujer como fea o rara. Despues de todo quien es la maxima autoridad para determinar la belleza de las personas, se me hace absurdo. Juana, dice que la otra intencion del maquillaje y la ropa es hacerte más atractiva al sexo opuesto, que todo en el mundo mixto es una competencia. A mí todo me parece parte de una gran mentira.
Finalmente después de un tiempo de seguir a la guía por la Universidad una joven se me acercó, la luz de mi día; su nombre es Maya. Maya es reservada, de tez morena, con una cara afilada. Ella nació y creció en Austin, Texas, proviene de una familia de bajos recursos pero con mucho esfuerzo obtuvo muy buenas calificaciones y fue aceptada en NYU con una beca que cubre la mayor parte de su colegiatura y gastos personales. Sin embargo para cubrir lo demás Maya tendrá que trabajar medio tiempo en una cafeteria cerca de la Universidad. Desde el principio nos caímos bien, es tímida pero su plática es interesante y lo más importante, a ella no le importa cómo me visto ni cómo me veo, como a otras compañeras que noté me veían con malicia. Es envidia, me explicó Maya, “¿nunca has sentido envidia?”, “como de qué?, “como de algo que otros tienen que tú quisieras tener”, entonces me acordé que en Lilith todas tenemos todo y nuestras diferencias son celebradas, “no, me da gusto que cada quien tenga lo que tiene”. “Eres rara”, me dijo Maya, y eso que no sabe exactamente qué tan rara soy. En la tarde nos tomamos un café y hablamos de libros, ella va a estudiar economía, porque eso quiere su papá, pero su pasión son los libros.  La entiendo, de alguna manera todos queremos que nuestros padres se sientan orgullosos de nosotras, aunque eso implique un odioso punto 3, el sacrificar su vocación es su punto 3. La quería abrazar cuando me contó todo esto, pero la noté frágil y tampoco quiero que piense que le tengo lástima, porque no es lástima; es solidaridad y compasión.
La invité a mi habitación y encontré a una mujer extraña tirada en la cama restante. “Hola soy Emma”, me dijo sonriendo. Emma es blanca de cabello rubio, tiene pecas y es esbelta. Nos invitó a una fiesta en la fraternidad Delta Pi. “Tienen que ir perfectas, sino no te dejan entrar”, nos advirtió. “Si quieres te presto un vestido y te pinto” me ofreció. Como estoy hacienda amigas, se me hizo de mal gusto negar su ofrecimiento, después de todo tengo que mezclarme con los mixtos, le dije que sí pero sólo si podía hacer lo mismo por Maya. “No sé si tenga algo que le quede”, me dijo con un tono condescendiente. Noté a Maya incómoda y no estoy acostumbrada a ese tipo de frustración, “está bien, si no tienes nada podemos ir de compras, nos vemos en la fiesta”. Eso la molestó y su molestia me causó placer. No me reconocí, esa fue la primera vez que me daba gusto hacer a alguien sentirse mal. Creo que tendré que acostumbrarme, por lo poco que he observado, las mujeres aquí son crueles.
Arrastré a Maya a las tiendas de la 5a avenida y nos hicimos de un nuevo look de pies a cabeza. “Tus padres han de ser ricos” me dijo. “Mi papá murió cuando yo era una niña y a mi mamá no le va mal, tienes razón, “lo siento, perder a tu papá debió haber sido muy difícil”. Mientras decía esto con notable compasión no pude dejar de pensar en que quizá sí me perdí de algo valioso al no tener padre. Hasta ese momento siempre pensé que no me  hacía falta pero al ver como Maya quiere a su padre una semillita de duda de sembró dentro de mí y no me gustó.
En la noche nos dirigimos a la fiesta en Delta Pi. Dos hombres jóvenes cuidaban el lobby del edificio. Intentamos pasar pero uno de ellos me tomó del brazo y no me soltaba. Su aliento olía a alcohol, y no del bueno. “¿A dónde creen que van?” “A la fiesta”respondí, “¿Ah sí?”, qué pasa con estos hombres y sus preguntas obvias y reduntantes. Creo que en su cabecita intentaban coquetearnos pero no me gustaban como nos veían. “Bueno, ¿nos van a dejar pasar o nos regresamos a nuestra casa?” “Claro que sí, no hay porque disgustarse, estás hermosa y tu amiga viene contigo así que pásale.” No me gusta esta jerarquía basada en una apariencia física. Antes de terminar de pasarlos, el mismo tipo me sujetó el ombro y me dijo “pero yo que tú, cuidaba bien mis palabras, no queremos que te pase nada muñequita de porcelana”. Sentí miedo. Entramos pero no podía pensar, estaba enojada y humillada. Maya trató de calmarme.
“Mira son unos imbéciles, están muy tomados, no les hagas caso, mejor voy por algo de tomar para las dos, ve al baño y tranquilízate”. Sonaba como si este fuera el pan de todos sus días, eso me molestó aun más así que seguí su consejo y me lavé la cara varias veces para bajarme el coraje. Finalmente todo rastro de maquillaje se fue por el drenaje y me sentí de Lilith otra vez, y nosotras somos fuertes.  Cuando salí del baño encontré a Maya en la cocina platicando acaloradamente con otra mujer, parecía que se conocían así que decidí explorar. Me senté en las escaleras y me dediqué a observar la dinámica tan diferente y peculiar. Algunas mujeres bailaban, otras tomaban shots de alcohol en una especie de competencia, otras estaban en el sillón a punto de quedar inconscientes, mientras tanto algunos hombres tomaban y platicaban, otros tantos bailaban pegando exageradamente sus cuerpos a estas mujeres borrachas, otros tantos se besaban con las mujeres casi inconscientes. Observaba todo esto con una mezcla de asco y horror cuando oi la voz de alguien conocido.
“Hola Penélope”, me dijo Emma, “perdón, siento que empezamos con el pie izquierdo, no soy así siempre, estoy nerviosa y a veces se me sale lo snob, soy hija única, ves.”
“Hola Emma, no te preocupes, yo también estoy nerviosa, nunca he estado sin mis padres y no sé exactamente que hacer”, le dije francamente.
“¿Eres una especie de ave exótica, verdad? No te preocupes, todo olvidado, ¿dónde quedó tu amiga?”
“Está platicando, creo que se encontró a alguien conocido”.
“Pues hay que hacerse de conocidos también, ven vamos deja te presento a mis amigos”. Me abrazó y me condujo por el pasillo a uno de los cuartos, ahí conocí a Terrance y a Scott, todos ellos habían ido juntos a la escuela y ahora todos estudiaban en NYU. “Por fin, hombres normales” le susurré al oido a Emma y soltó la carcajada. “No son normales, son gay”, me explicó. “¿Qué quiere decir eso?” “Por Dios que sí eres un bicho extraño, quiere decir que nos acostamos con hombres” dijo Scott. Tengo que aprender a finjir que todo esto no me sorprende, tengo que investigar qué tantas cosas diferentes se puede ser en esta ciudad. “Ok, perdón, crecí en un lugar pequeño, no había gays”, traté de explicar. Pese a nuestras diferencias me sentí en confianza. Justo empezaba a soltar el cuerpo y reirme con Emma y sus amigos cuando escuché a Maya gritar mi nombre. Salí de inmediato y seguí su voz pero cada vez me era más difícil escucharla con la música y el burullo de la fiesta. Por fin localicé la puerta de donde provenían sus gritos. Estaba cerrada con llave. Grité en vano, nadie me contestaba hasta que Terrance y Scott me ayudaron abrirla a la fuerza. En el interior del cuarto yacía Maya tirada en la cama semidesnuda, alguien le habia quitado su blusa y sus pantalones y el tipo del lobby, es que me había amenazado estaba montado encima de ella. Por unos minutos no supe de mí, volví a tener conciencia cuando estabamos en la calle, Emma abrazaba a Maya, quien estaba cubierta por el abrigo de Terrance, Scott tenía un ojo morado y a mí me dolían las manos. Maya, Emma, Terrance, Scott y yo dormirmos juntos esa noche, los hombres en el suelo, las mujeres juntamos las camas y dormimos abrazando a Maya.
Cuando apagamos las luces Emma dijo,”Toto, ya no estamos en Kansas”, “no entiendo” le dije confundida. “Búscalo en google” me dijo con sequedad.
Al día siguiente me reuní con Eli. Su cara de horror me hizo revivir la fatídica noche. “Rescataste a Maya de una violación”. “¿Quieres decirme que si no hubiera llegado a tiempo este hombre la hubiera agredido de semejante manera?” “Sí, algunos no entienden el significado de la palabra no. Dice Emma que te le echaste encima al tipo asqueroso ese. Que no lo dejaste de aruñar y golpear hasta que otras 3 personas te sacaron del cuarto.”me dijo sorprendida y un tanto orgullosa. “No me acuerdo de nada, ¿hablaste con Emma?”. “Sí, me tenías preocupada, Maya dice que le han de haber echado algo en su bebida, tuvo mucha suerte esta vez, yo no tuve tanta.” “A ti te pasí algo así”, “Sí, antes de ir a Lilith, fue mi padrastro, yo tenía 15 años”, no supe qué decirle, entendí entonces sus motivos por dejar este mundo atrás y la abracé. “Le vas a decir a Diana?” “Sí, nada de secretos, ¿recuerdas?”, “¿me puedo regresar?” “no, todavía tienes mucho que aprender”.
Y aquí estoy, otra mujer diferente que la que llegó hace apenas 3 días, no quiero nada con los hombres. No confío en estas criaturas que se dejan gobernar por su cuerpo como animales. Buenas noches Lilith.