Escrito para mis amigas, hace ya varios años, años que parecen eternidades...
Nuestro rezo
Pedimos al cielo esperanza,
para cegarnos y entregarnos sin dudas.
Pedimos a uno 
que cambie la imagen de muchos.
Pedimos entumir el miedo,
para no darnos como una lluvia mediocre,
sino como un maremoto.
Pedimos ser diferentes, 
respetadas y queridas por lo que somos
y por lo que renunciamos a ser.
Pedimos encontrar suficiente cemento
para soportar nuestro castillo de sueños.
Pedimos encontrarnos en el camino, 
sabernos felices y completas sin tener a alguien
a nuestro lado.
Pedimos seguir siendo fieles a 
las mujeres que soñamos ser. 

Que no me apago, no me conformo, no me dejo, no me fio, no dejo de querer, ni de darme. Que me apasiono, que lloro sin consuelo, que maldigo con las entrañas y que olvido con rabia. Que soy un roble, y el agua que se cuela entre las piedras. Soy una mariposa y un león atacando a su presa. Soy incandescente porque esta luz que llevo no se apaga, no se vuela con el viento y no me deja descansar. Ningun dolor, ninguna distancia, ninguna carencia, le hará sombra a mi destino.