Aquí no llega la primavera. El aire es denso y el blanco es vacío, es ausencia…La gente camina pálida y arrastrada por el viento, no hay carcajadas, nadie se habla. Aquí el frío es un estado de ánimo. En la tele se anuncia un calor paradisíaco, palmeras, mar, arena y fuego, pero todo se ve como un destino muy lejano. Creo que la apatía es un virus muy común en estos lugares, todo mundo está enfermo y padece como yo de una muy generalizable calma y una vida tan sosa que de pronto no se te antoja despertarte.
Tu espíritu muta, te vuelves más callada, más tranquila, menos roja y más azul cielo. Aquí donde no llega la primavera los pensamientos se ciclan, se vuelven inútiles, las ideas se esfuman con el viento, los sueños se hacen más densos, las vidas se detienen. Y luego el silencio, el sol y el calor en mis venas, un súbito grito; ¡aquí estoy, aquí sigo! La primavera está en mí.
1 comment:
Ciertamente a veces llegamos a vivir, incluso de manera inconsciente, en el invierno... tan denso, tan monótono, tan tranquilo y simplemente tan invierno, que cambiamos el vivir por el mantenernos con vida.
Gracias a esos gritos internos que tarde o temprano nos recuerdan lo mucho que nos gusta la primavera, y que es momento de cambiar de estación.
Me gustó... un abrazo.
Gerardo
Post a Comment