2 de Abril de 2013
Creo que en toda mi vida nunca me había sentido tan abrumada por la suma de emociones que he vivido en este lugar. Estos días han sido lluviosos y me han hecho pensar más que de costumbre. Encuentro todo territorio afuera de Lilith un tanto hostil y frío en todos los sentidos. En Lilith la lluvia se evapora y la naturaleza lo envuelve todo, en esta selva urbana todo se encharca, se cicla y se ensucia, así me siento yo. Siempre me creí fuerte, y aunque ser sensible y delicada son cualidades valiosas en toda habitante de Lilith, nunca me consideré ser esa clase de mujer. Ahora estoy segura de ser todas esas cosas; mujer visceral, pasional, frágil, sensible, compasiva, subjetiva en mi proceso de pensamiento, posesiva, celosa incluso histérica. A veces soy todas esas mujeres en un cóctel perfecto para el desastre. Eli dice que lo importante no es identificar nuestros defectos sino las personas que detonan esos comportamientos en nosotras. Con Hunter estoy en un viaje constante entre el infierno y el paraíso, dependiendo del día. Hasta hace una semana había poco que reprocharle, Hunter siempre había sido atento y amable conmigo, cariñoso pero no en exceso, pero de alguna manera sentía que no estaba siendo completamente abierto y honesto conmigo, como si se tuviera que restringir y limitar. Analizándolo cuidadosamente me di cuenta de que escogía muy bien sus palabras cuando se trataba de nosotros pero me dejaba siempre queriendo un poco más, insatisfecha y el amor a cuenta gotas vuelve loca a cualquier mujer, especialmente a mí que no estoy acostumbrada a que me lo racionen.
El lunes fuimos al albergue y mientras él platicaba con Martina y le tomaba la mano pude observar como su comportamiento era diferente; su mirada más cálida, su cuerpo más propenso al afecto, sin restricciones. Incluso sabiendo que Martina no era ninguna amenaza algo se prendió dentro de mí al verlo tan libre y seguro. Por alguna razón, desconocida por mí en ese momento, Hunter estaba protegiéndose de mí, quizá no fisicamente, pero emocionalmente sí. Incluso si fuera el hombre más atractivo del universo, mi interés y cariño por él va más allá de apariencias y si él no es sincero, cómo podría quererlo. La confianza lo es todo.
Salí callada, meditando si eso era lo que necesitaba para alejarlo de mi vida a tiempo, antes de tener que decirle adiós. Hunter intentó tomarme de la mano y mi instinto me hizo alejarme. "¿Qué pasa?", me dijo el muy imbécil sin idea del remolino que se formaba en mi cabeza, "creo que deberíamos de separarnos un poco, darnos tiempo para respirar.." Hunter se detuvo a la mitad de la calle y su semblante cambió de inmediato. "¿Cuánto tiempo llevas pensando esto y qué te llevó ahí?, me jaló hacia el callejón. "Creo que no estás siendo honesto conmigo, siento que me tratas como a tu hermana o tu amiga, y aunque quisiera serlo todo para tí, no quiero ser nada más tu amiga. Creo que te guardas algo y te proteges de mí y no vale la pena para mí pasarme todos los días esperando que me des algo que no estás dispuesto a dar, ¿no crees?" se quedó callado y bajó la mirada, "no hay nadie en el mundo que sepa tanto de mí como tú, ¿qué más quieres?" su tono empezó a subir, "no te puedo decir, porque no sé qué es lo que te guardas, pero quiero todo, quiero que me demuestres, que me digas, quiero... que me necesites, que te urja verme, hablar conmigo..." Hunter se alejó sin decir nada, yo estaba en mitad del callejón esperando a que reaccionara hasta que le dije adiós. Empezó a llover.
Llegué a mi dormitorio empapada y hecha un mar de llanto, a momentos no me alcanzaba el aire para dejar salir toda mi frustración y desilusión. Emma estaba asustada, me abrazaba y me pasaba pañuelos desechables mientras intentaba tranquilizarme. Me quedé dormida. Desperté y le hablé a Eli, le pedí que viniera a recogerme y me quedé con ella haciendo el recuento de los daños y tratando de racionalizar mi pérdida. Eli me dijo que una de las razones por las que decidió vivir en Lilith fue porque todas las mujeres que conoció allí están dispuestas a entregarse en cuerpo y alma al proyecto y no sucumben ante las expectativas de las demás personas. Era amargura la que destilaba en cada una de sus palabras y por fin pude entenderla, "algunas personas no están hechas para cargar en la conciencia el cariño de los demás" me dijo mientras acariciaba mi cabello y me hacia una trenza.
A la mañana siguiente me sentí un poco mejor, me fui a la universidad y casi pude convencer a todos que estaba funcionando al 100 por ciento. A medio día tuve un descanso y me fui al dormitorio a acostar, pretender cansa, nunca me lo hubiera imaginado. Mientras caminaba por el pasillo cabizbaja pensaba en Lilith y me recordaba el sonido que hace el retumbar de las olas. Cuando levanté la cabeza me encontré a Hunter en la entrada sentado en el suelo, apoyado en mi puerta. Tragué saliva.
"¿Qué haces aquí?, "esperándote, tenemos que hablar", "creo que ya me cansé de hablar", "no me diste tiempo Penélope, ojalá todos fuéramos como tú, ojalá todos pudiéramos decir lo que sentimos sin miedo, pero no es así, aquí los mortales necesitamos tiempo para procesar las cosas". Abrí la puerta de mi dormitorio y entré, Hunter entró detrás de mí. Me senté en mi cama. "Te escucho", Hunter se sentó en el suelo, inhaló profundamente y sin verme a los ojos empezó a hablarme, "¿dónde estabas anoche? te estuve marcando", "me fui con Eli", "Eli me odia, ¿verdad?", "nosotros no creemos en el odio, pero sí, no eres su persona favorita", "me imagino", "ni la mía", "todavía no entiendo qué hice para que llegaras a estas conclusiones", "no me chantajees, no es lo que hiciste sino lo que no, creo que si sabes eso, no puede ser que vivas sin ser consciente de tus limitaciones", "no, sí sé a lo que te refieres pero pensé, malamente, que estaba tratando con otra persona, que iba a tener más tiempo, que me ibas a tener más paciencia pero ya veo que no". Lo que había empezado como una plática seria se volvió un chiste para este hombre y se me llenaron los ojos de lágrimas al ver que no me tomaba en serio. "¡Vete por favor!", Hunter borró su sonrisa y se levantó, "¡no te entiendo!", "yo no estoy jugando, esto no es divertido para mí!", mientras lo intentaba correr las lágrimas rodaban por mi cara sin descanso. "Nunca fue mi intención burlarme de ti, perdón si me burlé, no estoy pensando muy claramente, ayer no pude dormir pensando en qué hacer contigo", "¿qué hacer de qué?", "con lo me pides, lo dijiste tan bien, eres la única que me exige y que demanda", "¿y qué tiene de malo?", "nada, sólo que no estoy acostumbrado a deberle y rendirle cuentas a nadie, vivo sin expectativas de la gente y la gente no espera nada a cambio, lo que doy es suficiente, es MAS que suficiente", "pues yo estoy acostumbrada a mucho más de lo que tu das", "sí, en ese mítico pueblo donde creciste, donde la gente es naturalmente bien intencionada y sus estándares son excesivamente altos, definitivamente no es Nueva York", "creo que son escusas baratas Hunter, si tienes miedo dime tengo miedo, si no me quieres, dime no te quiero, si ya no te intereso, dime sólo quiero ser tu amigo, ¡usa tus PALABRAS!", "ok, tengo miedo, y no te quiero", me quedé callada "esto es más que cariño, pienso en ti todo el tiempo, por ti me levantó y quiero ser mejor y me estoy esforzando, quiero ser tu amigo, tu confidente, tu razón de vivir, tu amante, quiero tenerte sólo para mí todo el tiempo, estoy celoso de todos los que te rodean, de tus amigos, por quitarme tiempo contigo, de tus profesores y de tu universidad, de tu edad porque me hace pensarlo dos veces antes de tocarte y besarte, si tuvieras diez años más ya te hubiera..." mientras pensaba en qué decirme me acerqué hasta que lo tuve al alcance de mis manos, le puse mi dedo en su boca para que dejara de hablar, ya había escuchado todo lo que tenía que escuchar, y estaba satisfecha. Tomé sus manos y las coloqué en mi cintura, le dije "yo también te amo, y quiero estar contigo todo el tiempo" me abrazó y cerré los ojos mientras mi cabeza descansaba en sus hombros. Sentí su respiración cambiar y su cuerpo más inclinado a mí.
Alguien tocó la puerta y lo solté por un momento para ver quién estaba en la puerta. Era la madre de Hunter, la Sra. Perry. "Es tu mamá" Hunter saltó incrédulo, "¿mi mamá?". Abrí la puerta y entró Martha Perry en un atuendo elegante delicadamente seleccionado cuyo objetivo, seguramente, era intimidarme. Noté su cara de sorpresa al ver a Hunter en el dormitorio. "Buenas tardes Penélope, tuve una reunión cerca de tu universidad y aproveché la oportunidad para venir a saludarte y ver cómo estabas, no pensé que tuvieras compañía, Hunter qué sorpresa cariño", "hola mamá, gusto en saludarte", le dijo Hunter visiblemente molesto por la interrupción, "gracias Martha, qué amable de tu parte, todo bien, el semestre va bien, las clases y los instructores son estimulantes", "qué gusto, debo confesar que también vine con otra intención, como sé que eres tan amiga de Hunter, seguramente sabrás que él pasa mucho tiempo en el albergue que sirve como refugio a víctimas de explotación sexual", "sí, lo he acompañado en varias ocasiones", "ah vaya, pues entonces seguramente no tendrás ningún problema en participar en un evento de beneficencia en honor al albergue que estamos organizando", "para nada cuenta conmigo", "maravilloso, nos vemos el viernes entonces, es una gala, Hunter te dará los pormenores, hasta entonces Penélope, adios hijo mío". Cuando cerré la puerta Hunter estaba que echaba fuego por la boca, "¡qué pretende esa mujer!", "Hunter calma no entiendo cuál es el problema", "ya le había dicho que yo no asistiría a su maldita gala y ahora viene aquí tratando de manipularme a través de ti", "pues si no quieres no vayas, yo iré en representación nuestra, "demasiado tarde, no te puedo dejar sola con esos buitres", "entonces iremos a la gala", "eso parece". Hunter se despidió visiblemente alterado por la aparición de su madre en mi dormitorio. Yo flotaba y saltaba de nube en nube, su secreto podía esperar, ahora lo importante era encontrar algo decente para llevar a la gala.
El lunes fuimos al albergue y mientras él platicaba con Martina y le tomaba la mano pude observar como su comportamiento era diferente; su mirada más cálida, su cuerpo más propenso al afecto, sin restricciones. Incluso sabiendo que Martina no era ninguna amenaza algo se prendió dentro de mí al verlo tan libre y seguro. Por alguna razón, desconocida por mí en ese momento, Hunter estaba protegiéndose de mí, quizá no fisicamente, pero emocionalmente sí. Incluso si fuera el hombre más atractivo del universo, mi interés y cariño por él va más allá de apariencias y si él no es sincero, cómo podría quererlo. La confianza lo es todo.
Salí callada, meditando si eso era lo que necesitaba para alejarlo de mi vida a tiempo, antes de tener que decirle adiós. Hunter intentó tomarme de la mano y mi instinto me hizo alejarme. "¿Qué pasa?", me dijo el muy imbécil sin idea del remolino que se formaba en mi cabeza, "creo que deberíamos de separarnos un poco, darnos tiempo para respirar.." Hunter se detuvo a la mitad de la calle y su semblante cambió de inmediato. "¿Cuánto tiempo llevas pensando esto y qué te llevó ahí?, me jaló hacia el callejón. "Creo que no estás siendo honesto conmigo, siento que me tratas como a tu hermana o tu amiga, y aunque quisiera serlo todo para tí, no quiero ser nada más tu amiga. Creo que te guardas algo y te proteges de mí y no vale la pena para mí pasarme todos los días esperando que me des algo que no estás dispuesto a dar, ¿no crees?" se quedó callado y bajó la mirada, "no hay nadie en el mundo que sepa tanto de mí como tú, ¿qué más quieres?" su tono empezó a subir, "no te puedo decir, porque no sé qué es lo que te guardas, pero quiero todo, quiero que me demuestres, que me digas, quiero... que me necesites, que te urja verme, hablar conmigo..." Hunter se alejó sin decir nada, yo estaba en mitad del callejón esperando a que reaccionara hasta que le dije adiós. Empezó a llover.
Llegué a mi dormitorio empapada y hecha un mar de llanto, a momentos no me alcanzaba el aire para dejar salir toda mi frustración y desilusión. Emma estaba asustada, me abrazaba y me pasaba pañuelos desechables mientras intentaba tranquilizarme. Me quedé dormida. Desperté y le hablé a Eli, le pedí que viniera a recogerme y me quedé con ella haciendo el recuento de los daños y tratando de racionalizar mi pérdida. Eli me dijo que una de las razones por las que decidió vivir en Lilith fue porque todas las mujeres que conoció allí están dispuestas a entregarse en cuerpo y alma al proyecto y no sucumben ante las expectativas de las demás personas. Era amargura la que destilaba en cada una de sus palabras y por fin pude entenderla, "algunas personas no están hechas para cargar en la conciencia el cariño de los demás" me dijo mientras acariciaba mi cabello y me hacia una trenza.
A la mañana siguiente me sentí un poco mejor, me fui a la universidad y casi pude convencer a todos que estaba funcionando al 100 por ciento. A medio día tuve un descanso y me fui al dormitorio a acostar, pretender cansa, nunca me lo hubiera imaginado. Mientras caminaba por el pasillo cabizbaja pensaba en Lilith y me recordaba el sonido que hace el retumbar de las olas. Cuando levanté la cabeza me encontré a Hunter en la entrada sentado en el suelo, apoyado en mi puerta. Tragué saliva.
"¿Qué haces aquí?, "esperándote, tenemos que hablar", "creo que ya me cansé de hablar", "no me diste tiempo Penélope, ojalá todos fuéramos como tú, ojalá todos pudiéramos decir lo que sentimos sin miedo, pero no es así, aquí los mortales necesitamos tiempo para procesar las cosas". Abrí la puerta de mi dormitorio y entré, Hunter entró detrás de mí. Me senté en mi cama. "Te escucho", Hunter se sentó en el suelo, inhaló profundamente y sin verme a los ojos empezó a hablarme, "¿dónde estabas anoche? te estuve marcando", "me fui con Eli", "Eli me odia, ¿verdad?", "nosotros no creemos en el odio, pero sí, no eres su persona favorita", "me imagino", "ni la mía", "todavía no entiendo qué hice para que llegaras a estas conclusiones", "no me chantajees, no es lo que hiciste sino lo que no, creo que si sabes eso, no puede ser que vivas sin ser consciente de tus limitaciones", "no, sí sé a lo que te refieres pero pensé, malamente, que estaba tratando con otra persona, que iba a tener más tiempo, que me ibas a tener más paciencia pero ya veo que no". Lo que había empezado como una plática seria se volvió un chiste para este hombre y se me llenaron los ojos de lágrimas al ver que no me tomaba en serio. "¡Vete por favor!", Hunter borró su sonrisa y se levantó, "¡no te entiendo!", "yo no estoy jugando, esto no es divertido para mí!", mientras lo intentaba correr las lágrimas rodaban por mi cara sin descanso. "Nunca fue mi intención burlarme de ti, perdón si me burlé, no estoy pensando muy claramente, ayer no pude dormir pensando en qué hacer contigo", "¿qué hacer de qué?", "con lo me pides, lo dijiste tan bien, eres la única que me exige y que demanda", "¿y qué tiene de malo?", "nada, sólo que no estoy acostumbrado a deberle y rendirle cuentas a nadie, vivo sin expectativas de la gente y la gente no espera nada a cambio, lo que doy es suficiente, es MAS que suficiente", "pues yo estoy acostumbrada a mucho más de lo que tu das", "sí, en ese mítico pueblo donde creciste, donde la gente es naturalmente bien intencionada y sus estándares son excesivamente altos, definitivamente no es Nueva York", "creo que son escusas baratas Hunter, si tienes miedo dime tengo miedo, si no me quieres, dime no te quiero, si ya no te intereso, dime sólo quiero ser tu amigo, ¡usa tus PALABRAS!", "ok, tengo miedo, y no te quiero", me quedé callada "esto es más que cariño, pienso en ti todo el tiempo, por ti me levantó y quiero ser mejor y me estoy esforzando, quiero ser tu amigo, tu confidente, tu razón de vivir, tu amante, quiero tenerte sólo para mí todo el tiempo, estoy celoso de todos los que te rodean, de tus amigos, por quitarme tiempo contigo, de tus profesores y de tu universidad, de tu edad porque me hace pensarlo dos veces antes de tocarte y besarte, si tuvieras diez años más ya te hubiera..." mientras pensaba en qué decirme me acerqué hasta que lo tuve al alcance de mis manos, le puse mi dedo en su boca para que dejara de hablar, ya había escuchado todo lo que tenía que escuchar, y estaba satisfecha. Tomé sus manos y las coloqué en mi cintura, le dije "yo también te amo, y quiero estar contigo todo el tiempo" me abrazó y cerré los ojos mientras mi cabeza descansaba en sus hombros. Sentí su respiración cambiar y su cuerpo más inclinado a mí.
Alguien tocó la puerta y lo solté por un momento para ver quién estaba en la puerta. Era la madre de Hunter, la Sra. Perry. "Es tu mamá" Hunter saltó incrédulo, "¿mi mamá?". Abrí la puerta y entró Martha Perry en un atuendo elegante delicadamente seleccionado cuyo objetivo, seguramente, era intimidarme. Noté su cara de sorpresa al ver a Hunter en el dormitorio. "Buenas tardes Penélope, tuve una reunión cerca de tu universidad y aproveché la oportunidad para venir a saludarte y ver cómo estabas, no pensé que tuvieras compañía, Hunter qué sorpresa cariño", "hola mamá, gusto en saludarte", le dijo Hunter visiblemente molesto por la interrupción, "gracias Martha, qué amable de tu parte, todo bien, el semestre va bien, las clases y los instructores son estimulantes", "qué gusto, debo confesar que también vine con otra intención, como sé que eres tan amiga de Hunter, seguramente sabrás que él pasa mucho tiempo en el albergue que sirve como refugio a víctimas de explotación sexual", "sí, lo he acompañado en varias ocasiones", "ah vaya, pues entonces seguramente no tendrás ningún problema en participar en un evento de beneficencia en honor al albergue que estamos organizando", "para nada cuenta conmigo", "maravilloso, nos vemos el viernes entonces, es una gala, Hunter te dará los pormenores, hasta entonces Penélope, adios hijo mío". Cuando cerré la puerta Hunter estaba que echaba fuego por la boca, "¡qué pretende esa mujer!", "Hunter calma no entiendo cuál es el problema", "ya le había dicho que yo no asistiría a su maldita gala y ahora viene aquí tratando de manipularme a través de ti", "pues si no quieres no vayas, yo iré en representación nuestra, "demasiado tarde, no te puedo dejar sola con esos buitres", "entonces iremos a la gala", "eso parece". Hunter se despidió visiblemente alterado por la aparición de su madre en mi dormitorio. Yo flotaba y saltaba de nube en nube, su secreto podía esperar, ahora lo importante era encontrar algo decente para llevar a la gala.